El turno es ahora el de Mario Moreno "Cantinflas", humorista mexicano, que se hizo tan famoso en Latinoamérica como lo seria Chaplin en Europa y Norteamérica. De "Cantinflas" diría el mismo Chaplin que era "el mejor del mundo", refiriéndose a sus cualidades humorísticas. Razón que nos debe llenar de orgullo, porque un grande del humor como fue Chaplin reconoce y honra a otro coloso de la risa, que simplemente recogió en sus interpretaciones el carácter y ánimo de todos los latinoamericanos, que siempre son conocidos -entre otras tantas cosas- por tener un muy buen sentido del humor
Precisamente esa división es la que denuncia Cantinflas, división política e ideológica entre grupos de países enteros que se veía agravada por la carrera armamentista de las dos superpotencias EEUU y la URSS, que tenían armas nucleares, las mismas que de llegar a usarse aniquilarían la vida sobre la tierra, pues una guerra directa y abierta entre ambos -y sus aliados- no iba a garantizar como en la I o II guerra mundial un "bando ganador" sino más la mutua auto-destrucción de la humanidad.
Así, pues tal como en 1940 Chaplin denunciaría la barbarie del Nazismo, dejando clara su preocupación por el futuro de la humanidad, Cantinflas hace lo mismo ante la polarización del mundo por motivos ideológicos y el peligro de su mutua destrucción. Es un nuevo canto contra al autoritarismo y el militarismo, encarnado ahora en carreras armamentistas y es un firme llamado a la paz, la compresión y el apoyo a la democracia, tal como planteara Chaplin. En la Película el bloque soviético o socialista está encarnado por los "colorados" clara alusión al color rojo que usan los comunistas en sus banderas, mientras que los "verdes", en clara alusión al verde color de los billetes de dólar, son los que representan al bloque occidental, liderado por los estadounidenses y en líneas generales al capitalismo.
Mucho más largo que el de Chaplin, y con más claros y evidentes gestos ("gags") de humor y comicidad, las palabras de "Cantinflas" no se minimizan ni se desdicen por eso, por el contrario, tal cual como las de Chaplin en 1940, un hombre de risas vuelve a decirle al mundo de su época las palabras más serias sobre su porvenir, no importa si entre ellas desliza una burla, si con ellas logra la reflexión y meditación del espectador que las ve y escucha.
Aquí está la primera parte del discuso:
Y aquí la segunda y última parte:
Y aquí tenemos la transcripción del mismo, con las explicaciones de las escenas y/o personajes entre paréntesis "( )" y corchetes "[ ]".
“Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho porque,
como quien dice, así me los agarro cansados. (Risas) Sin embargo, sé que a pesar
de la insignificancia de mi país que no tiene poderío militar, ni político, ni
económico, ni mucho menos atómico, todos ustedes esperan con interés mis
palabras ya que de mi voto depende el triunfo de los Verdes o de los Colorados.
Señores Representantes: estamos pasando un momento crucial en que la
humanidad se enfrenta a la misma humanidad. Estamos viviendo un momento
histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero
moralmente es un pigmeo. La opinión mundial está tan profundamente dividida en
dos bandos aparentemente irreconciliables, que dado el singular caso, que queda
en solo un voto. El voto de un país débil y pequeño pueda hacer que la balanza
se cargue de un lado o se cargue de otro lado. Estamos, como quien dice, ante
una gran báscula: por un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo
ocupado por los Colorados. Y ahora llego yo, que soy de peso pluma como quien
dice, y según donde yo me coloque, de ese lado seguirá la balanza. ¡Háganme el
favor!... ¿No creen ustedes que es mucha responsabilidad para un solo ciudadano?
no considero justo que la mitad de la humanidad, sea la que fuere, quede
condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no es de su agrado,
solamente porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un sentido o en otro.
El que les habla, su amigo... yo... no votaré por ninguno de los dos bandos (voces de protesta). Y yo no votaré por ninguno de los dos bandos debido a tres razones: primera, porque, repito que no sería justo que el solo voto de un representante, que a lo mejor está enfermo del hígado, decidiera el destino de cien naciones; segunda, estoy convencido de que los procedimientos, repito, recalco, los procedimientos de los Colorados son desastrosos (voces de protesta de parte de los Colorados); ¡y Tercera!... porque los procedimientos de los Verdes tampoco son de lo más bondadoso que digamos (ahora protestan los Verdes). Y si no se callan ya yo no sigo, y se van a quedar con la sensación de saber lo que tenía que decirles.
Insisto que hablo de procedimientos y no de ideas ni de doctrinas. Para mí todas las ideas son respetables, aunque sean “ideítas” o “ideotas”, aunque no esté de acuerdo con ellas. Lo que piense ese señor, o ese otro señor, o ese señor (señala), o ese de
allá de bigotico que no piensa nada porque ya se nos durmió, eso no impide que
todos nosotros seamos muy buenos amigos. (Risas) Todos creemos que nuestra
manera de ser, nuestra manera de vivir, nuestra manera de pensar y hasta nuestro modito de andar son los mejores; y el chaleco se lo tratamos de imponérselo a
los demás y si no lo aceptan decimos que son unos tales y unos cuales y al
ratito andamos a la greña. ¿Ustedes creen que eso está bien? Tan fácil que sería
la existencia si tan sólo respetásemos el modo de vivir de cada quién. Hace cien
años ya lo dijo una de las figuras más humildes pero más grandes de nuestro
continente: “El respeto al derecho ajeno es la paz” [se trata del presidente
mexicano Benito Juárez, 1806-1872, quién dijo la frase en 1867 tras la invasión
de Francia a su país] (aplausos). Así me gusta... no que me aplaudan, pero sí
que reconozcan la sinceridad de mis palabras.
Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo el representante de Salchichonia [alusión a Alemania] con humildad, con humildad de albañiles no agremiados debemos de luchar por derribar la barda que nos separa, la barda de la incomprensión, la barda de la mutua desconfianza, la barda del odio, el día que lo logremos podemos decir que nos volamos la barda (risas). [La barda es una evidente alusión al Muro de Berlín, pues en México “Barda” es sinónimo de pared] Pero no la barda de las ideas, ¡eso no!, ¡nunca!, el día que pensemos igual y actuemos igual dejaremos de ser
hombres para convertirnos en máquinas, en autómatas.
Este es el grave error de los Colorados, el querer imponer por la fuerza sus ideas y su sistema político y económico, hablan de libertades humanas, pero yo les pregunto: ¿existen esas libertades en sus propios países? Dicen defender los Derechos del Proletariado pero sus propios obreros no tienen siquiera el derecho elemental de la huelga, hablan de la cultura universal al alcance de las masas pero
encarcelan a sus escritores porque se atreven a decir la verdad, [Hace
referencia a los caso de la censura comunista a escritores como el ruso
Pasternak, autor de la novela “Doctor Zhivago” o de los poetas y dramaturgos
disidentes chinos, silenciados tras la “revolución cultural”] hablan de la libre
determinación de los pueblos y sin embargo hace años que oprimen una serie de
naciones sin permitirles que se den la forma de gobierno que más les convenga.
[Clara alusión a los países de Europa Oriental, sometidos al control del país
socialista por excelencia, Rusia o la Unión Soviética de entonces] ¿Cómo podemos
votar por un sistema que habla de dignidad y acto seguido atropella lo más
sagrado de la dignidad humana que es la libertad de conciencia eliminando o
pretendiendo eliminar a Dios por decreto? No, señores representantes, yo no
puedo estar con los Colorados, o mejor dicho con su modo de actuar; respeto su
modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi voto para que su sistema se
implante por la fuerza en todos los países de la tierra (voces de protesta). ¡El
que quiera ser Colorado que lo sea, pero que no pretenda teñir a los demás! (Los
Colorados se levantan para salir de la Asamblea).
¡Un momento jóvenes!, ¿pero por qué tan sensitivos? Pero si no aguantan nada, no, pero si no he terminado, tomen asiento. Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos... todavía tengo que decir algo de los Verdes, ¿no les es gustaría escucharlo? Siéntese (va y toma agua y hace
gárgaras, pero se da cuenta que es vodka). (Risas)
Y ahora, mis queridos colegas Verdes, ¿ustedes qué dijeron?: “Ya votó por nosotros”, ¿no?, pues no, jóvenes, y no votaré por ustedes porque ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo, ustedes también son medio soberbios, como que si el mundo fueran ustedes y los demás tienen una importancia muy relativa, y aunque hablan de paz, de democracia y de cosas muy bonitas, a veces también pretenden imponer su voluntad por la fuerza, por la fuerza del dinero. Yo estoy de acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien colectivo e individual, en combatir la miseria y resolver los tremendos problemas de la vivienda, del vestido y del sustento. Pero en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es la forma que ustedes pretenden resolver esos problemas, ustedes también han sucumbido ante el materialismo, se han olvidado de los más bellos valores del espíritu pensando sólo en el negocio, poco a poco se han ido convirtiendo en los acreedores de la Humanidad y por eso la Humanidad los ve con desconfianza. El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de Lobaronia [en este caso el país occidental y capitalista por excelencia, los Estados Unidos] dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión; ju... y yo me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos?, ¿para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos?, ¿para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos? (aplausos).
Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos. Pero esta aspiración no será posible si no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad colectiva y justicia social. Es verdad que está en manos de ustedes, de los países poderosos
de la tierra, ¡Verdes y Colorados!, el ayudarnos a nosotros los débiles, pero no
con dádivas ni con préstamos, ni con alianzas militares.
Ayúdennos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras materias primas, ayúdennos compartiendo con nosotros sus notables adelantos en la ciencia, en la técnica... pero no para fabricar bombas sino para acabar con el hambre y con la miseria (aplausos). Ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestra dignidad como seres humanos y nuestra personalidad como naciones por pequeños y débiles que seamos; practiquen la tolerancia y la verdadera fraternidad, que nosotros sabremos corresponderles, pero dejen ya de tratarnos como simples peones de ajedrez en el tablero de la política internacional. Reconózcannos como lo que somos, no solamente como clientes o como ratones de laboratorio, sino como seres humanos que sentimos, que sufrimos, que lloramos.
Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar mi voto: hace exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia como embajador de mi
país, espero me sea aceptada. Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera pero que, sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la tierra, el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libre, el
anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor
en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué fácil sería, señores,
lograr ese mundo mejor en que todos los hombres blancos, negros, amarillos y
cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como hermanos. Si no fuéramos tan
ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por
las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de
Galilea, [Jesús de Nazaret. Jesucristo] sencillo, descalzo, sin frac ni
condecoraciones: “Amaos... amaos los unos a los otros”, pero desgraciadamente
ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?,
¿qué es lo que hacen?: “Armaos los unos contra los otros”
He dicho...”
La película tuvo muy buen recibimiento por el público y aunque no fue un éxito multimillonario, también tuvo buena acogida de la crítica, que se mostró en diversos casos comprensiva con "Cantinflas" en este rol de estrella preocupada, reflexiva o comprometida con diversos valores. Pero por supuesto no hubo quién no dijera que era un discurso "cursi y vacío" o que estaba llenos "de lugares comunes" y "frases construidas", pero igual que con Chaplin la crítica sólo buscaba neutralizar o minimizar la validez de las palabras de "Cantinflas". Parecía que algunos querían ver a un académico hablando de política en vez de un cómico llamando a la reflexión y olvidaban precisamente que para que el humorista llegara a las mayorías no iba a hablar como un universitario, y que "la gracia" estaba en usas un lenguaje sencillo y universalmente comprensivo para que el mensaje calara más. Difícilmente un intelectual en el cine jamás hubiera tenido el mismo alcance que lo logrado por Cantinflas.
Lamentablemente no fue una película muy conocida fuera de Latinoamérica y quizás por eso no alcanzó la fama de "El Gran Dictador" de Chaplin en cuanto a cine de humor-denuncia se refiere. Pero sin duda, quién ve el discurso final de "Cantinflas" no necesita recomendaciones cinematográficas ni guías de críticas para poder comprender que está quizás desconocida película tiene sus méritos propios.
La importancia de estos discursos que aquí mostramos, ratifica el valor del humor como una actividad digna de enaltecer las cualidades superiores del hombre, no solo el reír en si mismo, y darnos consuelo sino también la inteligencia que ello destaca. Verdaderamente hay que tener talento para crear ganas de reír en otro ser humano, y mucha más creatividad si la risa que buscamos generar quiere hacernos reflexionar de la persona u objeto que motiva la risa.
En lo personal puedo decir que al ver a grandes figuras como Chaplin o "Cantinflas" hacer un humor tan inteligente, parecían indicarme que el humor era entonces algo "bueno" y digno de imitarse, y quizás esa sea una de las razones de porque aprecio, apoyo y sigo al Humor y los humoristas, quizás esa es una de los motivos que influyo a que me hiciera "tan echador de broma", porque vi desde muy joven a dos colosos de la risa, haciendo cosas "serias" y haciéndolo muy bien.
La Historia como Ciencia Social ratificó eso. El Humor en el siglo XX pudo subir de nivel y categoría, pudo hasta considerársele un arte, que inmerso en los otros, sirve como vehiculo para contactar y unir a las personas. Aunque hoy día muchos confunden Humor con cualquier cosa que cause risa (o burla), es la risa inteligente la creada pacientemente para hacernos meditar, la que ha llegado a nosotros para quedarse. Hoy, casi toda la publicidad contemporánea apela al humor para llegar a la gente y cuando un político o un intelectual hablan en clave de humor, aparte de sorprender agradablemente, se acercan más a sus espectadores porque les han cautivado con algo que ya es típicamente humano: reír y reflexionar.
Atrás quedaron, afortunadamente, los tiempos (como la Edad Media o la era Victoriana) en que el Humor era mal visto, considerado cosa impropia, indecente e incluso no humana. Ya no se ve necesariamente al payaso como el único representante del Humor ni se considera que provocar risas es cosa de "niño" o "inmaduros". Gracias a Dios y a la infinita capacidad del hombre para crear, innovar (rebelarse) y progresar hoy vivimos tiempos duros, quizás terribles que puedan justificar "odiar el mundo", pero son tiempos que podemos soportar e incluso quizás superar porque tenemos al Humor de nuestro lado, ese Humor que refresca, pero que también nos ayuda a reflexionar y que burlándose de las cosas malas por medio de los chistes, graffitis, las caricaturas, series de TV, "talk shows", monólogos, parodias y demás sátiras de humor negro, nos pueden dar el ánimo y los argumentos para luchar y hacer definitivamente de este mundo un sitio mejor... un sitio para sonreír.
¡Gracias por leerme!,
Dantesol
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