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La Historia nos nutre y nos rodea simultáneamente, porque somos a la vez protagonistas y autores de su evolución y desarrollo.

lunes, 14 de julio de 2008

El mito del Siglo XX

Con este título se identificó una fundamental obra del alemán Alfred Rosenberg, que además de justificar “superioridad racial” de alemanes sobre el resto del mundo, planteaba que los valores del amor y la compasión eran principios decadentes que constituían la mentira más difundida en ése siglo, y que si se quería mantener vivo a Occidente debía irse en contra de ésos postulados. Después de mucho pensarlo he llegado a cree que Rosenberg como que tenía razón.
No es mi propósito justificar a quien le dio argumentos teóricos a Hitler, y al reino de terror de los Nazis. No es esa brutal estupidez la que me hizo pensar que Rosenberg tenía razón: era (y es) ver que el mundo, (Occidental o no) parece (consiente o inconscientemente) poner en práctica las ideas que preconizaba ese teórico de la intolerancia y la maldad.
Amor y compasión fueron el mito del siglo XX. A pesar de las conquistas sociales alcanzadas, la inmensa capacidad de destrucción desarrollada por el hombre en 100 años hacen que esas dos palabras sigan siendo metas por alcanzar y resuenan como utopías o mentiras. O sea Mitos. Y en siglo XXI siguen siendo así. Tras el bombardeo suicida sobre Nueva York y Washington, vemos que amor y compasión son buenos deseos pero no verdades. Hasta hoy se sigue pensando (y confundiendo)que quien es compasivo es débil y quien demuestra amor hacía el extraño es traidor, indigno o un hipócrita. Sobre los valores de odio y venganza se cimientan muchas confrontaciones hoy día: la violenta intifada palestina y los ataques “preventivos” de Israel son un torneo del “ojo por ojo”; previamente la Conferencia Sobre el Racismo en Durbán que debía ser para la reconciliación fue todo lo contrario: un encuentro para las revanchas; más atrás, la lucha pro y anti globalización dejó un muerto; en Afganistán van a una muerte segura unos evangelistas cristianos por difundir fe; y por si fuera poco en Irlanda se agreden a niñas católicas por pasar en un barrio protestante y en Australia gente celebra que no hallan dejado entrar a inmigrantes afganos.
Amor y compasión es tolerancia y compresión, derechos humanos que son pilares de la Democracia: soportar y convivir con el extraño es el reto por el cual luchar y no contra el cual oponerse. Ése es el verdadero símbolo de globalización, desarrollo y civilización. Democracia es diversidad no uniformidad: continuar machacando al diferente nos lleva a un camino contranatural. Pero en pleno siglo XXI muchos prefieren a un Stalin (¡Tú sabes chico: porque él sí tiene carácter, carajo!) que a un Gandhi y mientras el mundo “avanza”, muchos cristianos, judíos, islámicos, socialistas, liberales, etc aunque en el fondo profesen la paz y el bienestar para todos por igual en sus ideologías, filosofías o doctrinas, sin saberlo coronar con sus hechos diarios, la obra de un profeta del rencor y la crueldad, perpetuando (¿eternamente?)la perversa arenga de El Mito del siglo XX.

(Este articulo se publicó originalmente en la sección “Nuevas firmas” del diario El Nacional, de Caracas-Venezuela el domingo, 23 de septiembre de 2001)

viernes, 11 de julio de 2008

La Historia, estúpido, la Historia...

Con la historia no se come, ni se puede hacer algo práctico y de utilidad. La historia es tan inservible para la gente común del día a día, es decir todos nosotros, como lo es el agua y el oxigeno. Al agua que valoramos tanto solo la usamos siempre y cuando la necesitemos (por la sed, porque limpia etc, etc) pero no podemos aspirar pasar todo el día mojados y el oxigeno que nos es tan valioso ni le hacemos caso porque nunca lo vemos aunque siempre lo sentimos, pero ¡Ay¡ si nos llega a faltar.
¿Se ha dado cuenta que todo gobierno anterior fue malo, y que además casi siempre nos preguntamos cómo es posible que las cosas estén así como están?, eso se debe porque no hemos sacado provecho a la importancia de la historia como fuente de aprendizaje, que puede enriquecer tanto nuestro día a día como nuestro destino colectivo. Cuando escuchamos la frase “acuérdate de tus hijos” vemos un extraordinario ejercicio histórico: se piensa en el pasado, el presente y el futuro a la vez que se hacen comparaciones, pensamos en uno y los demás y se busca llegar a conclusiones sobre unas determinadas personas y su ambiente.
En la actualidad tenemos un escenario político que nos resulta único o por lo menos creemos es novedoso como recién aparecido, que esto no se ha visto antes, pero pregúntese ¿es la primera vez que las elecciones están tan polarizadas que el país casi se paraliza porque hay unos comicios y además todos los candidatos se insultan y creen tener la ultima palabra y la verdadera solución?. Recuerde ahora esas campañas electorales de 1978, 83, 88, 93, 98 y si hace ejercicio de memoria verá que en muchas cosas hay similitud con este proceso. Y además si nota que el movimiento MVR guarda enormes similitudes con procedimientos disciplinarios del moribundo partido AD se está dando cuenta que (1) no hemos cambiado mucho, puede que hayamos evolucionado pero no parecemos reflejarlo, (2) han aparecido nuevos políticos pero no han aparecido nuevos procedimientos para hacer política y (3) si esto ocurre es que entonces no le hemos hecho caso a la experiencia que se encuentran en los últimos acontecimientos históricos.
No afirmamos enfáticamente que este sea un país sin memoria, pues ahora nadie considera apoyar la reelección del ex presidente Lusinchi, pero en otras cosas seguimos cayendo en los mismos errores sin percatarnos. ¿El mejor ejemplo? Esta frase “aquí no hay gobierno” siempre parece que es lo que más buscamos en especial cerca de las elecciones, pero ¿no deberíamos buscar más bien sociedad civil en vez de “gobierno”?, ya hemos tenido demasiado gobierno menos, en la divulgación de la historia
El que conozcamos mejor nuestra Historia implica que conoceremos con claridad nuestros errores y fallas y aunque ello no nos garantice que no los cometeremos otra vez , nos da mayor nivel de reflexión a la hora de decidir. La razón por el cual casi nadie quiere un gobierno ultra derechista en Austria es porque el recuerdo de Hitler pesa y existe una valoración de lo histórico muy alta que permite ponderar cosas del pasado y el presente para escoger que futuro tener.
Ahora que ya se acercan las elecciones vienen (llueven) las propuestas y ninguna es despreciable porque escuchando las de cada lado todas parecen buscar , al menos en palabras, la solución de los males inmediatos que más nos aquejan, pero hay otras necesidades que por ser menos inmediatas no dejan de ser importantes y como “no solo de pan vive el hombre”, entre las necesidades de espíritu que encontramos en nuestro país está la de acceder al mejor conocimiento de su historia, tal vez allí no este la mejor forma de conseguir empleos o abatir la delincuencia pero de seguro allí estará la manera para poder conservar ese empleo y no vivir con tanto delincuente.

(este articulo fue publicado originalmente en la sección "Nuevas firmas" del diario El Nancional, de Caracas-Venezuela, el el 14 de mayo de 2000. Su texto guarda mucha vigencia y similitud con los hechos nacionales en nuestro país en este año 2008)

Dantesol

domingo, 6 de julio de 2008

¿Por qué la Historia?




"HISTORIA, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir..."

(Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha, I. IX)

Es una buena pregunta para iniciar esta aventura del "Blogueo".

Quizás sea porque estamos en unos tiempos donde la información fluye con una rapidez única y extraordinaria, y eso hace importante (y mucho más obligante) el estudio y la difusión de la Historia.

Resulta que para los pueblos la Historia viene a jugar, de algún modo, el papel que en el individuo juega la memoria: ¿recuerda Ud. Esa desagradable primera vez que se quemo o la vez que se cortó?, bueno fue su memoria la que almacenó la ingrata experiencia y le dio a usted las herramientas necesarias para prevenir pasar por tan lamentable trance una vez mas. Sabemos que con los pueblos de la humanidad la cosa no es tan “automática”. Y no lo es en gran medida, porque las multitudes que constituyen al mundo son amplias, variadas y diferentes: cada una dará una valoración propia a cada recuerdo, que unos juzgaran bueno (y por lo tanto “recordable”) y otros todo lo contrario. Asimismo están los que querrán destacar solo lo malo con el objeto que “no haya olvido”.

Nunca es fácil descubrir y asimilar el proceso del recuerdo colectivo, pero cuando nos aventuramos a hacerlo y encontramos el valor y la importancia de la memoria para la humanidad, podemos comprender cuan primordial es la Historia para nosotros, para el presente y para el futuro (aunque muchos sigan viendo a la historia únicamente como cosa del “pasado”)

La aventura de conocer y difundir –así como discutir- la memoria histórica se vuelve casi en un deber sagrado e inapelable dentro de este mundo globalizado, pues la base del presente se sustenta en el pasado que muchas veces creemos inútil y muerto sólo porque “ya pasó”. Pues precisamente la mirada y la compresión del pasado sirven de base para explicar quiénes somos y por qué lo somos. La Historia más que nunca, con su carga de memoria y recuerdo sirve para delinear y explicar que somos, para poder así presentarnos al mundo con más seguridad de nuestra identidad.

Cuando esos elementos se dan cabalmente encontramos pueblos maduros (por llamarlos de algún modo) que están lo suficientemente preparados para asumir retos y soportar mejor los embates de su propia evolución. Esto lo vimos muy claramente en Europa durante el siglo XIX, cuando fueron ciertas elites las únicas que mantenían una clara devoción y a su historia y se valieron (muy lamentablemente de ello) como la excusa o el argumento perfecto para creerse superiores y presentarse al mundo como únicos ejemplos de civilización: el primer resultado fue el imperialismo que se expandió por África y Asia y el segundo –y todavía peor resultado- fueron dos terribilísimas guerras mundiales.

Todo pareció salir mal, porque precisamente el uso del pasado, de la memoria y su importancia y utilidad fue usado exclusivamente por minorías, grupos selectos que pretendían ser los únicos sabios, los predestinados a interpretar y difundir un solo mensaje de la Historia, una sola versión, que solo trajo mas desgracias que ventajas: “la carga del hombre blanco”, “el destino manifiesto”, “el nacionalsocialismo” o “la solución final”. Ese es el mejor ejemplo del uso nocivo de la Historia: es el uso de la memoria para recordar agravios, cosechar reconcomios y ejecutar venganzas.

¿Pero qué pasa cuando usamos la historia para lo contrario de lo que vemos? Y sobretodo ¿Qué pasa cuando la historia no se queda en exquisitas minorías? Ocurre algo maravilloso, por el cual vale la pena lucha, esperanzarse y quizás responde la pregunta de este humilde blog.

Quizás es porque el que escribe estas líneas es un educador y como profesor de Historia le veo a la misma un permanente sentido pedagógico, pero no es casual ni vano que la Historia sea el núcleo de las Ciencias Sociales: Desde la antropología, la arqueología, la sociología, hasta la politología (ciencias políticas), la economía, la geografía, el derecho, e incluso psicología y filosofía, todas necesitan apelar a una evolución (un antes que explique mejor el presente) para darle consistencia a sus disciplinas, ya que todo hecho o fenómeno del hombre en sociedad es historiable: tiene un pasado y un presente, un hoy que comenzó con un ayer. Esta circunstancia demuestra que es cierto que la Historia tiene una profunda utilidad y peso que si se ve obvio en el campo de lo estrictamente académico lo ha de ser mas en la vida misma.

Yo he escuchado decir a muchos historiadores que “La Historia es la conciencia de la Humanidad”, y si lo han dicho es porque su enseñanza moral esta presente no solo en lo académico sino que ese estudio vertido al día a día puede (y debe) ayudar la vida de los hombres. Si influyo de una forma negativa durante la era de los imperialismo y las guerras mundiales, es la mejor demostración que sencillamente INFLUYO.

Y cuando se usa la Historia para construir la paz, fomentar la democracia, promover la tolerancia, salvaguardar la justicia, apuntalar la libertad y garantizar la igualdad, estamos hablando de algo maravilloso que no es ni quimera ni Utopía.

Cuando la Historia deja de estar en manos de unas minorías academicistas y promotoras de viejas rivalidades y odios eternos y pasa mas bien a las mayorías ciudadanas para que estas analicen los hechos, sucesos, personajes y procesos de sus sociedades con un mas moderado todo de análisis desprejuiciado, encontramos que la Historia puede hacer de este mundo un lugar verdaderamente posible y potable para todos.

Nuevamente Europa nos sirve de ejemplo, aunque no es el único. El periodo que va desde el fin de la última guerra mundial hasta nuestros días, es a pesar del espectro de la guerra fría, el de una gran evolución en donde todos los europeos lentamente fueron aceptando diferencias y desarrollando posibilidades. Los nacionalismos excluyentes fueron cediendo lugar a la necesidad de integración y muy lentamente la democracia fue ocupando el lugar del sistema político por excelencia. Aunque existieron de hecho dos bloques antagónicos, la posibilidad de enfrentamiento y aniquilación nunca paso de la retórica porque entre ellos mismos el recuerdo de a donde había llevado un uso de la Historia siempre estaba fresco. Asimismo, ya fuera en el bloque socialista o en el pro capitalista, el estudio, análisis y comprensión de la Historia, se masifico a millares de centros de estudios, que lentamente y con sus distintas versiones y escuelas de interpretación (la variedad siempre será inevitable) sepultaron para siempre el asunto del estadio de la Historia para pequeñas y reducidas élites de museos y salones de te. Así pues el asimilar la Historia y sus enseñanzas preparó el camino para el reencuentro de los Europeos. El mismo uso que se había dado años antes por parte de élites guerreristas, usado en forma contraria en las masas, dio resultados espectaculares: enemigos y rivales históricos como Francia, Alemania e Inglaterra trabajaron juntos, países considerados “no europeos” como España o Portugal se integraron cada vez a ella y un bloque entero supra nacional se desmorono sin acudir a sangrientas guerra entre países y vecinos recelosos como Polonia y Rusia comenzaron a tratarse en un plano mas civilizado e igualitario. El Resultado más visible de este avance es la Union Europea, vista por muchos como lo más cercano a utopía internacionalista, o el mejor ejemplo-panacea de integración.

Pero el camino no estuvo forjado con flores: Horrores como la guerra de los Balcanes a finales del siglo XX (en Bosnia y la antigua Yugoslavia) fueron precisamente escandalosos porque mostraron que la violencia étnica nacionalista, que se creía finalmente superada, era un peso lamentable y doloroso en el pasado de Europa que “nunca mas” se quería revivir. Fue un ejemplo de que las cosas no se quedan atrás “por que si” y ya. Y que cuando las cosas parecen repetirse en unos nuevos contextos y con nuevos protagonistas es DEBER INAPELABLE actuar en consecuencia para que no se repitan fatales o negativos resultados de un hecho que bien puede considerarse unánimemente reprobable y condenable.

Como dijimos Europa no fue el único ejemplo del uso de la Historia para construir y avanzar, mas allá de la retórica belicista y apocalíptica, los pueblos que se encuentran con su Historia encuentran un estimulo y una razón firme para obtener su liberación. Es el caso de la India, África y Asia, durante el largo periodo que va desde el fin de la segunda guerra mundial hasta nuestros días.

Lo que hoy llamamos movimiento descolonizador o guerras de liberación nacional, es el vigoroso ejemplo de países que deciden levantarse para encontrarse a si mismos y ganar su libertad. No es que no creamos que los factores económicos, sociales y de política (las ideologías y los eventos) no tengan un peso propio y claro, ¿pero negara alguien el peso histórico de las palabras de Gandhi, Mao, Sukarno, Naser, Lumumba o Mandela en sus respectivos países? Cuando ellos hablaron a las multitudes de sus países y decían frases como “La India no es británica”, “África para los africanos”, “China se ha levantado y nunca mas estará de rodillas”, “La historia no se escribirá mas en Bruselas, París o Nueva York” están hablando en política claro, pero apelan inequívocamente a la Historia, a esa fuerza social que al ser descubierta por las multitudes es tan poderosa como los mas grandes ejércitos y las mas moderas armas que se fabriquen.

Creo que los ejemplos hablan por si solos, pero no deben apuntar a ver el uso de la Historia nada mas como un asunto “épico y glorioso”, ni mucho menos la receta que explicara o (peor aun) solucionará nuestros males. La Historia y su justa comprensión puede ser un elemento más para crecernos como sociedad, cuando en nuestro día a día ciudadano ella nos es útil y debe ser una fuente permanente de consulta, análisis y reflexión, pues las grandes batallas que damos como ciudadanos están forjadas por pequeñas cosas, que por sencillas no dejan de ser importantes.

El papel ante el racismo, el clasismo, la infancia abandonada, la corrupción administrativa y la infidencia de los políticos, crisis del medio ambiente, problemas con la salud, la educación, la seguridad o la justicia, encuentran en un ciudadano que ha estudiado y comprende la Historia, el mejor y el mas eficiente elemento para responder a las problemáticas que se han presentado, porque con su acción combate LA DEJADEZ, LA APATÍA Y LA ABULIA, en que cae mucha gente que renuncia a ejercer su ciudadanía, y con su descuido alimenta o agrava esos problemas ¿Por qué? porque un ciudadano desinformado es en gran medida un ciudadano despreocupado y un ciudadano así es uno que renuncia a ser eso mismo: ser “ciudadano”, se comportara únicamente como habitante del lugar, ser pasivo que padece sin querer comprender y sobretodo hacer. Y estar informado, lejos de lo que pensemos a primera vista no es leer la prensa y ver los noticieros en TV. A la realidad del presente hay que comprenderla mejor.

Marc Bloch lo decía, la Historia es la pasión por comprender y tenia razón: mas allá de querer definir el que o el cuando (¡ah, las fechas, tormento de muchos estudiantes que por exceso de ellas misma, detestan la historia!) es el Como y sobretodo el Por que de los fenómenos. Lo vemos a diario permanentemente: ¿quiere saber por que esa persona es tan amarga o de trato difícil? Solo hay que conocer sobre su pasado y se COMPRENDERLA que es lo que le pasa y el porque es así. ¿Por qué la economía marcha mal? ¿Por qué los partidos políticos han perdido credibilidad? ¿Qué le pasa al clima que se ha vuelto loco? ¿Por qué hay tanto lió en el Medio Oriente? Hilvane el hilo del presente hasta el pasado y tendrá la clave de muchas respuestas.

Una de mis paginas web informativas favoritas (bbcmundo.com) precisamente es consciente de lo que decimos. A parte de sus secciones noticiosas, tienen una muy interesante, amena y completa que se llama “A fondo”, ¿Qué es lo que tiene? Análisis de diversos temas (culturales, políticos, sociales, económicos) en mayor profundidad que lo que permite la inmediatez de la noticia. ¿Y que les da esa profundidad? Que van al pasado a buscar los antecedentes y el contexto de esas noticias: en pocas palabras hacen o muestran algo de Historia para ilustrar (mas y) mejor al lector que los visitar y así formar un ciudadano global cabalmente informado.

Los ciudadanos franceses cuando vieron que un candidato de extrema derecha logró un segundo lugar en las elecciones presidenciales de la primera vuelta, producto de su desinterés por participar en dichos comicios, comprendieron inmediatamente su error y a la vez su la responsabilidad histórica: y teniendo muy fresco el peso y paso de lo que significo para Europa políticos extremistas, racistas y ultra nacionalistas (y las desgracias mundiales que dejaron) la ciudadanía corrió masivamente a las urnas electorales a elegir con un impresionante 80% al primer candidato en la papeleta de votación, haciendo un extraordinario ejemplo de lo que hemos venido hablando y describiendo. La Historia en manos de las mayorías y en pro de la democracia, la libertad y la justicia puede hacer prodigios increíbles y simples, y el caso de estas elecciones francesas del 5 de mayo de 2002 es el mejor y mas reciente ejemplo que tengo grabado en mi memoria para entender, explicar, defender y difundir el Por que la Historia.

Gracias por leerme y espero que estas palabras hayan sido útiles o al menos interesantes. Procuraremos que este Blog sea siempre del provecho de sus respetados lectores.

Dantesol