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lunes, 15 de septiembre de 2008

Humor e Historia: dos discursos famosos (I)

Humor e Historia se escriben con "H", ¿coincidencia? quizás, pero lo cierto es que a la Historia han pasado -y por la puerta grande- dos grandes humoristas, que por medio de unos discursos plasmados en películas supieron interpretar, más allá de la clave del humor, el momento y las angustias de su tiempo histórico, con una vigencia que aún sorprende.


Hablamos de Charles Chaplín, "Charlot" (1889-1977) y Mario Moreno, "Cantinflas" (1911-1993), quienes gracias a dos películas, -y que forman parte de mi lista de favoritas- hicieron una particular y muy peculiar aportación del Humor a la Humanidad, denunciando los errores -y horrores- que podían llevar a la extinción de ella misma, invocando por medio de la atención que podían generar sus figuras, la necesaria reflexión que a veces creemos alejada del mundo del Humor.

Esto por si mismo bastaría para comprobar definitivamente que mucho más que un des estresante de las penas de la vida, el Humor es una de las formas más altas de inteligencia, y una cualidad que nos hace verdaderamente humanos, pues somos los únicos seres del universo conocido que podemos darnos el gusto de reír y reflexionar gracias a que tenemos al Humor.

"El Gran Dictador"

Cronológicamente, el primero que hace el discurso es Charles Chaplin, por medio de su película el "Gran Dictador", de 1940, un filme donde se denuncia por medio de la burla (¿imitación?) y ridiculización al régimen de Adolf Hitler y los nazis en Alemania y que había generado en 1939 la II Guerra Mundial. Chaplin tuvo que hacer la película totalmente sólo, ya que en los EEUU muchos eran "pacifistas" (o sea no buscarse problemas con la Alemania nazi, no importa cuanto agrediera ella) y también muchos eran Aislacionistas: la violenta política racista y de guerra que habían hecho los nazis en Europa no les interesaba porque no afectaba directamente a Norteamérica.


Con todo y eso, la película se hizo y fue un gran éxito. Por supuesto fue prohibida en Alemania, y en los aliados de ésta: Italia y Japón. Y por si fuera poco en la España de Franco, la película no se estrenó hasta que ese dictador murió en 1975. La burla a Hitler es total, cada detalle magistralmente destacado desnuda la brutalidad y el abuso del poder por medio del Humor y al final de la película, el humorista que ha hecho reír a lo largo del filme con cara seria y dramática dice en un discurso el del alegato más pacifista y democrático que quizá ningún político o militar de ese momento haya pronunciado. Y lo mejor: sirvió para darle aliento y esperanza a los que luchaban contra la agresión y la tiranía nazi, por eso en Inglaterra, cuando la película llegó fue el mayor "apoyo" que encontraron justamente cuando la aviación germana (La Luftwaffe) bombardeaba la isla británica.

Aquí tenemos una versión subtitula al español:

https://



Y aquí tenemos la transcripción del discurso, que vale la pena analizar muy bien:

"Yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera
posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a
los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no
hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay
sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres.

Lo siento.

Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.

Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a
nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad.
Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos.
Pensamos demasiado, sentimos muy poco.

Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.

Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los
aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de
estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a
todos nosotros.

Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no deseperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano.

El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.

¡Soldados!

No os entreguéis a eso que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.

Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina.

Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos.

¡Soldados!

No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura.

En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia.

¡Luchemos por el mundo de la razón!

Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos
a la felicidad.

¡Soldados!

En nombre de la democracia, ¡debemos unirnos todos!"

En su momento, estas palabras fueron calificadas por muchos de "comunistas" (¿?) a pesar que nunca se habla de lucha de clases y se cita al Evangelio de San Lucas. Eso sólo buscaba descalificar la valía e importancia del mensaje de Chaplin, pues eran años dónde se pensaba que sólo los judíos y comunistas eran los únicos enemigos acérrimos -y naturales- del nazismo y que en definitiva ese no era un problema de la humanidad.

Pero el tiempo y la misma Historia se encargaron de darle la razón a Chaplin. El nazismo demostró su lado horrible al mundo y el peligro que representaba para toda la humanidad, y en efecto, si bien nunca se comprobó que Chaplin fuera judío o comunista, el demsotró con su ejemplo y sus palabras que no era necesario pertenecer a un determinado tipo de raza, cultura religiosa o ideología para oponerse al nazismo, para oponerse a lo terminó convirtiéndose en el siglo XX en la encarnación del mal, y en todo lo que con nuestro progreso y desarrollo NUNCA JAMAS debemos ser.

Esas palabras me llegaron al alma cuando las vi y escuche por primera vez. Su impacto fue enorme a pesar que la II guerra mundial había terminado 40 años atrás, y como historiador puedo decir que el aporte de Chaplin permitió crear una nueva conciencia en el cine, concretamente en el campo del humor, enseñando y demostrando que no era en sí mismo una cosa vacía, que la risa además de hacernos disfrutar podía invitarnos a reflexionar, que tras la carcajada podíamos analizar el por qué nos (o por qué debíamos) reíamos, sobretodo si tenía que ver con el poder, la sociedad y el hombre mismo.

Definitivamente esta fue la primera victoria del Humor (con su sátira, su humor negro, su parodia y su cómica) sobre la tiranía, pero ahora en el celuloide, en el llamado "séptimo arte". La vieja batalla iniciada con la pluma y el pergamino, seguía su curso pero ahora con nueva tecnología. Chaplin fue el pionero que abrió el camino. Pronto otros más lo seguirían...

En la próxima entrada, seguiremos con "Cantinflas" y una conclusiones de la importancia del Humor en la Historia y en mi humilde caso particular.

Gracias por leerme

Dantesol

viernes, 12 de septiembre de 2008

Los rusos en el Caribe (II)

Pero no fue así. La revolución cubana no terminó como otros gobiernos del Caribe que se enfrentaron a los Estados Unidos. Astutamente Fidel Castro, buscó la salvación de su gobierno y revolución, apelando al único país que podía contrarrestar el peso y el poder de los Estados Unidos: La Unión Soviética. A pesar de estar muy lejanos geográficamente, la distancia de miles de kilómetros no impidió que la Urss enviará barcos con armas y demás apoyos materiales a Cuba.


Dichos envíos incluyeron armas nucleares, lo que generó la grave crisis con lo Estados Unidos en 1962, conocida como "La crisis de los misiles cubanos", muy conocida y recordada en el mundo, por el riesgo de una nueva guerra mundial pero ahora con un carácter y un riesgo en sí terminal para la humanidad, y que no será ahora analizada por nosotros por ser un tema independiente al que estamos abordando.


Tras ese incidente nunca más hubo roces tan directos entre los Estados Unidos y la Urss: quedó claro que desde la incorporación de Cuba en la órbita soviética, ése seria el único espacio del Caribe que no estaría controlado por los norteamericanos. De resto éstos siguieron manifestando su influencia a mano armada: República Dominicana (1965), Grenada (1982), Panamá (1989) o apelando a la presión diplomática y al financiamiento indirecto o directo de sus aliados en zonas problemáticas: Nicaragua (1979-89) y el Salvador (1982-92) Nuevamente se recomponían los "hemisferios" geo-políticos y el Caribe, dentro de Latinoamérica quedaba en la órbita


Pero las cosas cambiaron en el mundo tras 1989. Caía el Muro de Berlín, se abrían acuerdos entre el Este y el Oeste y finalmente en 1991 se derrumbó la Unión Soviética y el bloque comunista. Ya Rusia no podía financiar a más gobiernos aliados ni mucho menos podía darse el lujo de sostener "aventuras militares" que hicieran reto a los norteamericanos y al mundo occidental. El predominio norteamericano era ahora absoluto. Y se acrecentaba más ese predominio, con una Rusia convulsionada y debilitada bajo la presidencia de Yeltsin, que a su vez era muy complaciente con occidente y en especial Los Estados Unidos

Todo ello empezó a cambiar a partir del año 2000, Rusia, presidida por Vladimir Putin, que aunque nombrado por el débil -y borracho- de Yeltsin, muy pronto se diferenció de él: se reorganizó económicamente, volvió a su antigua tradición centralizadora, y con el aumento constante de los precios del petróleo, Rusia se volvió un exportador y proveedor energético de primer lugar, con lo que financió un potente rearme.


Sin duda, a nuestro parecer, Putin quiso ser el arquitecto de una arriesgada maniobra a mediano plazo destinada a subirle "la moral y el orgullo" a los rusos, debilitada por el colapso de la Urss y la dramática transición con Yeltsin. (véase: Link 1, al final) Pero esta operación de levante de ánimo, debía estar acompañada por una verdadera estabilidad económica para el país, pues bien es sabido que durante la época soviética se invertían miles de recursos para sostener las fuerzas militares, a costa de otras áreas, siendo la Urss un verdadero "gigante de papel", que tenía misiles, submarinos, tanques, aviones y soldados pero gente muriéndose de hambre, enferma, tecnológicamente atrasada y sin acceso a elementales bienes de consumo.

Así, Rusia se enfiló a crecer económicamente para sostener y financiar su regresó a la arena mundial como un "peso pesado" Para 2007 Rusia volvía a mostrar su rostro desafíante como potencia militar, y mostró cada vez más su oposición a la hegemonía de los Estados Unidos, predominio que se exacerbó con el neo-conservadurismo militante y fundamentalista de George W Bush y sus republicanos en el poder desde 2001. (véase: Link 2 al final) El proyecto de escudo anti-mísiles, la incorporación a la Otan de los antiguos países pro-soviéticos de la Europa oriental e incluso las ex-repúblicas soviéticas como Ucrania, Georgia y las naciones bálticas fueron abriendo más aún las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.


El punto álgido ocurre finalmente en el 2008, cuando Rusia decide intervenir en Georgia, para ponerse de parte de los separatistas de Osetia del Sur y de Abjasia. La poderosa y aplastante intervención rusa eleva las condenas mundiales (y paradójicamente es Venezuela, el único país occidental que la apoya, junto con Nicaragua) Y crea un roce fuerte entre la Novaya Rusia (la nueva Rusia) con los países de la Otan. Se teme mucho lo peor, pero al final parece que este es solo un conflicto regional más, pero con mayor atención internacional y la singular diferencia que una gran potencia está metida directamente.


Ante el apoyo abierto de Venezuela, y el desinterés de su antigua aliada, Cuba que parece mirar al futuro y no atrás, Rusia decide "devolver" el golpe que la Otan planteó al mover una flota al Mar Negro, (tradicionalmente considerado por los rusos su mar interior) y decide por primera vez desde la guerra fría mandar una fuerza aero naval al Caribe, (el mar interior de los norteamericanos) y que tiene su primera avanzada con los dos bombarderos estrategicos Tupolev T-160, llamado "el cisne blanco" por los Rusos o "Blackjack" por la Otan.


Ya hay quienes hablan de una "nueva guerra fría" y un conflicto en puertas. Creemos que no. Las guerras tienen su origen, en lo general por motivos económicos o territoriales importantes. No hay ahora un territorio en sí que es de disputa estrategica entre los Estados Unidos y Rusia. Y ambos países no muestran signos de embarcarse en una lucha para destruir los niveles de desarrollo alcanzados a partir de fin de la guerra fría en 1989-1991. Asimismo, como dijéramos al final de nuestras reflexiones sobre la II Guerra Mundial, el mundo no tiene "una buena guerra" entre potencias desde 1945, porque la última guerra abierta y directa así generó la masacre de más de 5o millones de personas. Y el peso de esa cifra se tienen muy en cuenta, sobretodo en esos países que saben y entienden la importancia de la Historia.


La actitud de Venezuela solo se puede explicar porque no hay ningún grave riesgo presente, ni ningún peligro de conflicto: el gobierno actual de norteamérica está de salida y no hay probabilidades que sigan en el poder los republicanos. Ahora es un buen momento para "tirar trompetillas y sacarle la lengua" a los Estados Unidos, pero cuando Corea del Norte lanzó su primera bomba atómica en 2006 la cosa fue distinta: Venezuela condenó la prueba de inmediato, poniéndose del mismo lado que EEUU y Occidente. ¿por qué? esas eran palabras mayores y el riesgo de una escalada de esa magnitud no le convenía a Venezuela, más aún si ese año había elecciones presidenciales. La prudencia le ganó la partida a la arrogancia en las altas esferas del poder venezolano.


Ahora, evaluados todos los riesgos , que son pocos o nulos, contadas las probabilidades y vistas las posibilidades de conflicto con EEUU que son lejanas, Venezuela puede lucir un papel de "vedette" mundial que desafía a los norteamericanos y su recién reactivada IV flota en sus narices. El gobierno venezolano tuvo incluso el lujo de expulsar al embajador de EEUU con palabras insultantes y no ha pasado nada.
No pasa nada porque el presidente de Venezuela lo dijo muy claro: "tendremos relaciones cuando haya un nuevo gobierno". Así es siempre fácil ser osadamente revolucionario y profundamente anti imperialista.

En conclusión, la presencia de los Rusos en el Caribe no es más que un torneo de orgullo entre ellos y los norteamericanos, no más. Un desafío que no será probablemente algo definitivo ni seguramente el inicio de una "nueva era". Nadie va a arriesgar más de la cuenta por algo que está demasiado lejos de sus fronteras: ni los rusos por el Caribe ni los Estados Unidos por el Caucáso, los demás que se han involucrado en este duelo sólo hacen el papel de tristes terceros, marionetas de unos y peones de a ratos, tal cual como fueron Gadhaffi al norte de Áfica o Hussein en el Medio Oriente.

Gracias por leerme

Dantesol

Vínculos mencionados en la entrada:

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Los rusos en el Caribe (I)

El día de hoy es histórico para Venezuela: por primera vez en su Historia contemporánea, recibe en su territorio a elementos de las fuerzas armadas de una potencia extranjera, que nada tienen que ver con los Estados Unidos. Aviones bombarderos rusos (Tupolev-160) aterrizaron en Venezuela y se afirma que estarán al menos un mes.

Lo histórico es por lo extraordinario. Todo acontecimiento que rompa con una constante o tradición, o marque una novedad y genere otras posibilidades, pasa a recordarse. Entra en la Historia. Y esto es lo que ocurre ahora cuando el Mar Caribe, tradicionalmente circunscrito a los intereses de los Estados Unidos y sus aliados es visitado por las fuerzas áreas y navales, de la una nación tradicionalmente adversa y rival de norteamérica, en un contexto y un plano totalmente diferente a otros conflictos.

Desde que los Estados Unidos de América entrara en 1898 al escenario mundial como una potencia militar imperialista (con la guerra Hispano-norteamericana) el Caribe de hecho se convirtió en un "mar interno" de los norteamericanos. La rápida e impresionante victoria de los estadounidenses (la guerra duró 116 día, la guerra más breve de la Historia contemporánea hasta la "guerra del golfo pérsico" en 1991) les permitió controlar Cuba y Puerto Rico, estableciendose finalmente en la zona como poder hegemonico. El peso de otras potencias (como Inglaterra y Francia) languideció paulatinamente hasta aceptar el hecho consumado que ésa parte del mundo era custodia estadounidense.

Incluso Venezuela sirvió de "campo de prueba" de esa situación cuando en 1902, flotas de guerra de Inglaterra y Alemania se posaron en sus costas a exigirle al gobierno de turno el pago de deudas atrasadas. Aunque los norteamericanos no cuestionaron el derecho de los europeos a exigir su pago, no aceptó la presencia de buques de guerra extra continentales, y rápidamente por la presión-intervención la crisis se solucionó, logrando alejar Venezuela a agresivas potencias de sus costas.

Tras los resultados de la Primera y Segunda guerra mundial (1914-18 y 1939-45, respectivamente) en el cual Europa quedo debilitada y perdió su condición de centro de poder mundial, los Estados Unidos quedó como la principal potencia victoriosa, que tras 1945 elevó su status a "súper-potencia". Pero precisamente en esa etapa de mayor apogeo, los EEUU tendrá como su principal rival a otra "súper-potencia", la Unión Soviética (o la URSS) con quien se librará un largo duelo conocido como la Guerra Fría, (1948-1989) en donde el mundo se dividió en dos grandes zonas de influencia y estas grandes potencias no se enfrentaron directamente, sino por medio de conflictos regionales, fuerte debate ideológico y propangandístico o el uso del espionaje.
En medio de ese conflicto, surge un evento absolutamente inesperado y extraordinario: La Revolución cubana (1959) que logra derrocar a un dictador apoyado por los Estados Unidos e instaura un régimen de figuras absolutamente desconocidos para la región. Cuando con este gobierno, dirigido por Fidel Castro, y el de los Estados Unidos, dirigido por los republicanos Einsehower y Nixon, se presentan roces y serias diferencias, todo parecía indicar que la situación culminaría como la Guatemala de Jacobo Arbenz (1954) o la Panamá de Arnulfo Arias (1951) y la Venezuela de Rómulo Gallegos (1948)


Seguimos en la próxima entrada, para no hacer muy extensas nuestras notas.


Gracias por leerme

Dantesol

sábado, 6 de septiembre de 2008

"Bravo Pavarotti" (II)

El repertorio de Pavarotti: Para acercarnos a la Ópera


Con motivo del primer aniversario de la muerte del maestro Luciano Pavarotti, me parece bien que por medio de una selección de su repertorio como tenor, puedan las personas que leen este blog conocer tanto las "canciones" que Pavarotti interpretó en vida a lo largo de su gran carrera, como a las obras y los autores de la piezas músicales que inmortalizo con su particular voz. De esta manera, le rendimos un homenaje al año de su partida, pero también nos sumamos al esfuerzo -empezado por él- para difundir más aún el conocimiento de la ópera, que es mucho más el género músical raro "donde los gorditos con barba gritan canciones en italiano junto con otras gordas"

Esto es, digamoslo así, un servicio público de carácter músical que con mucho gusto quiero compartir con todos aquellos que se acerquen por estos predios.

Aquí está la obra integral de Pavarotti: los temas que interpretó, los cuales pueden servir para que cualquier persona sepa qué es lo que habitualmente canta un tenor y de quienes son las piezas... y cuando es posible informarlo, el año en que se hizo la composición.

I. Óperas, canciones de repertorio lírico y obras religiosas:

Colocamos en negritas simples el nombre del autor, en negritas cursivas el nombre de la ópera (entre parentesis el año se su creación) y en cursivas simples la pieza ó "canción" (que se llama aria o romanza) El orden es cronológico, se comienza por los autores y obras más antiguos hasta llegar al siglo XX.

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
Don Giovanni (1787): Dalla sua pace.
Réquiem (1791) [música sacra]

Giacomo Meyerbeer (1791-1864)
L'Africaine (1865)- O paradiso.

Gioacchino Rossini (1792-1868)
Stabat Mater (1842): Cujus amimam. [música sacra]
La Danza (tarantela) [canción].

Franz Schubert (1797-1828)
Ave Maria (1825). (versión en italiano y latín) [música sacra]

Gateano Donizetti. (1797-1848)
L’elisir d’amore
(1832): Quanto é bella.
Una furtiva lagrima.
Lucia di Lammermoor (1835): Tombe degli avi miei… Fra poco me ricovero.
Tu che a Dio spiegasti i’alli.
La Favorita (1840) : Spirto gentil.
La fille du régimient (1840): Ah! mes amis… Por mon âme.
Don Pasquale (1843): Com’é gentil.

Vincenzo Bellini (1801-1835)
I Puritani
(1835): A te, o cara

Frederic Flotow (1812-1883)
Martha (1847): M’apparì tutto amor…

Giuseppe Verdi (1813-1901)
Il Lombardi (1843): La mia Letizia in fondere.
Macbeth (1847): Ah, la paterna mano.
Luisa Miller (1849): Quando le sere al placido.
Rigoletto (1851): Questa o quella.
E il sol dell anima
Ella mi fu rapita.
Possente amor mi chiama
La donna é mobile.

Bella figlia dell’amore (cuarteto).
Il Trovatore (1853): Di quella pira.
La Traviata (1857): Brindisi.
Un dí felice eterea
Lunge Da Lei
Aida (1871): Celeste Aida.
O terra, addio, addio valle di pianti
Réquiem (1873): Kyrie [música sacra]
Ingremisco

Lacrimosa

César Frank (1822-1890)
Panis angelicus. (1862). [música sacra]

Georges Bizet (1838-1875)
Agnus Dei (1867) [música sacra]
Carmen
(1875) : La fleur que tu m’avais jetée.
C’ est toi, c’ moi, (IV Acto-Final)

Amilcare Ponchielli (1834-1886)
La Gioconda
(1876): Cielo e mar!.

Jules Massenet (1842-1912)
Werther
(1892): ¿Pourquoi me réveiller?

Giacomo Puccini (1858-1924)
Manon Lescaut
(1893): Tra voi, belle.
Donna non vidi mai.
La Bohème (1896): Che gelida manina.
O soave fanciulla.
Sono andati?...Che avvien?.
Tosca (1900): Recondita Armonia.
E luceven le stelle.
Madama Buterfly (1904): Adio fiorio asil.
Vogliatemi bene (Dueto de amor)
La Fanciulla del West (1910): Ch’ella me creda.
Turandot (1924): Non piangere, Liù!.
Nessun dorma!.

Pietro Mascagni (1863-1945)
Cavalleria rusticana (1890): Addio alla madre.
Brindisi.
Serenata [canción].
L'amico Fritz (1891): Suzel, buon dì- Con Mirella Freni.

Ruggero Leoncavallo (1858-1919)
Il Pagliacci
(1892): Vesti la giubba.
No! Pagliaccio non son.
Mattinata (1904) [canción].

Francesco Cilea (1866-1950)
L’ arlesiana
(1897): Il lamento de Federico.

Umberto Giordano (1867-1948)
Fedora (1898): Amor ti vieta.
Caro mio ben. [canción].

Franz Lehár (1870-1948)
Il paese del sorriso
(1929): Tu che m’hai preso il cuor.

II. Canciones del repertorio popular: napolitanas, italianas y del mundo:

Tradicional de Italia y Napoles
Santa lucia (Sin Fecha)
Ghirlandeina (S/F)


Bixio (Sin Datos)
Mamma (S/F)
Vivere (S/F)
La mia canzone al vento (S/F)
Parlame d’ amore, Mariu


Buzzi-Peccia (S/D)
Lolita (S/F)

Califano (S/D)
Vieni sul mar
O surdato’ nnamurato. (S/F)
Dicitencello vuie. (S/F)

Gastaldon (S/D)
Musica proibita (S/F)

Mario (S/D)
Santa Lucia Luntana (S/F)

Morante (S/D)
Notte'e piscatore

Sibella (S/D)
La Girometta (S/F)

Valente/Tagliaferri (S/D)
Passione (S/F)

Camilo Denza (1846-1922)
Funicullì-Funicullà (1880)
Occhi di fata (S/F)

Edoardo Di Capua 1865-1917
O’ Sole mio (1898)
Maria, Marì (S/F)

Vicenzo de Crescenzo (S/D)
Rondine al nido (1903).

Salvatore Cardillo (S/D)
Core’ngrato (1911)

Paolo Tosti (1846-1916)
Marechiare(S/F)

Gabrielle D’Annunzio (1863-1938)
‘A Vucchella (1919)

Ernesto De Curtis (1875-1927)
Torna a Surriento (1921)
Non ti scordar di me. (S/F)
Tu, can un chiange. (S/F)
Ti voglio tanto vene. (S/F)

Eldo Di Lázaro (1902 -1968)
Chitarra romana (1934)

Agustín Lara (1900-1970)
Granada (1935)

Henry Mancini (1924-1994)
In un palco Della Scala (1984)

Domenico Modugno (1928-1994)
Volare (1958)

Paul Anka (1941- )
My Way (1967) Con Frank Sinatra

Lucio Dalla (1943-)
Caruso (1987)

Bueno, es todo por ahora. Seguro faltarán más piezas, obras y autores, pero esto pasa con toda selección y/o clasificación: necesariamente será incompleta porque está hecha con un propósito siempre árbitrario y determinado, (el gusto o conocimiento del que la hace) que no se ajusta por tanto, al gusto y parecer universal. Sin embargo, con lo aquí colocado creo que hemos hecho ya bastante para preparar al que lea esto y no sepa nada o muy poco de la ópera y Pavarotti. Tras su lectura y consulta, de seguro estará en condiciones de acercarse con mayores elementos al mundo del bell canto.... y espero que ello lo disfrute

Gracias por leerme

Dantesol

"Bravo Pavarotti"

Ése fue el grito que millones de personas en todo el mundo, que a lo largo de una carrera de más de 30 años en la ópera decían siempre tras escuchar la maravillosa -y potente- voz del tenor italiano Luciano Pavarotti. Interprete vocal que logró honrar con creces la traidción de grandes cantantes de ópera que ha tendio italia a lo largo de todo el siglo XX con tenores como Enrico Caruso, Tito Schipa, Beniamino Gigli, Mario del Mónaco, Giussepe Di Stefano, Franco Corelli e incluso Mario Lanza. O sopranos como Luisa Tetrazini, Renata Tebaldi, Renata Scotto, Mirella Frenni, o Nucia Focile.

Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte del maestro Pavarotti, fallecido en su natal Módena, víctima de un cáncer del pacreas. Había nacido en 1935 y era hijo de un modesto panadero que poseía también una gran voz de tenor. Su vida estuvo desde siempre vinculada a la música, pues a pesar que como casi todo niño en italia le gustaba el futbol, con un padre cantor, el joven Luciano ingresó a la coral de la iglesia de su pueblo. En esos años ocurriría un incidente importante en la vida del futuro gran tenor: con 15 años llegó a conocer al ya famoso tenor italiano Beniamino Gigli (considerado el sucesor de Caruso) de visita en Módena y tras escuchar cantar al joven Luciano le dijo "tienes talento", invitandolo a seguir con la carrera de la música. Al escuchar esa observación de una figura tan gloriosa y ademirada por él, Pavarotti se entregaría de lleno a ése arte.


Pero como tiende a pasar en todo el mundo quién se mete a dedicarse a las artes o al deporte, nunca es percibido como alguien que va a trabajar de algo "serio" o "estable" (incluso en algunos países un deportista o un artista sea músico, escultor o pintor no es considerado como un profesional o siquiera que lo que hacen es un "trabajo", sino que está haciendo un hobbie o ejerciendo una pasión) Y esas razones llevaron a Pavarotti estudiar para ser profesor (educador) y durante dos años ejerció la enseñanza -siendo entonces colega mío, je, je, je- pero el fuego por el canto, pasión que llevaba innatamente venció la formalidad de una profesión regular conseguida y Pavarotti decidió seguir adelante.

Estudió música y al principio no destacó como alguien sobresaliente o más allá del promedio, pero en su empeño en destacar, el maestro Pavarotti le hizo buscar nuevas oportunidades y se unió a una compañía de ópera donde estaba la soprano Joan Sutherland, que en giras por Australia y Europa dieron a conocer su maravillosa voz. Pavarotti sabía perfectamente que le gustaba al público y decidió dárselo a cabalidad: un tenor que respetara las letras y el espíritu de las obra de los compositores, pero que también tuviera una voz espectacular, que rompiera todos los esquemas e impactara por los prodigios vocales que pudiera hacer.


Y así comenzaron los triunfos: en 1969 impactó a Londres en el Coven Garden (Royal Opera House) con la presentación de la opera de Gateano Donizetti, La fille du régiment (La hija del regimiento) en la famosa aria "Ah! mes amis… Por mon âme", que es la pieza más difícil de interpretar para un tenor, sobre todo al final. Nadie había logrado integramente el final en décadas y Pavarotti logró hacerlo... y varias veces pues el público pidió repetición y encores. Quizás pudo haber sido "suerte de principiantes", pero no fue así, el éxito de Londres se repitió con mayor impulso en Nueva York en 1973, en el Metropolitan Opera House, y desde entonces lo demás es Historia. Se había vuelto el tenor italiano más famoso desde la llegada del gran Caruso a principios del siglo XX.

Su fama se acrecentó como nunca y se volvió un fenómeno cultural de masas, al hacerse un tenor
muy mediático: aceptó interpretar ante la TV en vivo una obra (La Bóheme de Puccini) batiendo récords de audiencia de una ópera televisada. Hizo una película de Holywood (Yes, Giorgio de 1982, cuya imágen del poster ponemos a la derecha) y ofreció multitudinarios conciertos en el Hyde Park de Londres, en la Torre Eiffel de París y en el Central Park de Nueva York. Popularizando así la ópera, se convertiría en el tenor más famoso y reconocido del mundo.



Cuando se unió a Plácido Domingo y José Carreras para formar los Tres Tenores, la popularización de la ópera en la era actual y tecnológica quedó sellada. El mismo concierto fue visto por millones de personas en TV y el disco del concierto )a la izquierda, su imágen) sigue siendo hoy el disco de música clásica y ópera más vendido en la Historia.



No sólo fue una voz excepcional, sino que también demostró ser un ser humano completo. Aunque fue un divo, no se hizo alguien soberbio e inaccesible: fue uno de los que promovió la carrera de ese otro magnifico tenor que es Andrea Bocelli. (veáse: http://www.andreabocelli.com/ ) y siempre estuvo amable y sonriente a la prensa y sus admiradores. Nunca fue mezquino en cuanto al dinero y desde 1991 organizó Luciano Pavarotti & friends colaborando con recursos para los niños víctimas de conflictos y guerras (Kosovo, Guatemala, África o Irak)

Yo, como otros tantos lo consideramos el mejor tenor del mundo, e incluso en mi particular caso, lo considero el mejor tenor de la Historia contemporánea, (al menos desde que hay registro de grabaciones) pues ninguno de sus antecesores, incluido el Gran Caruso, tiene a nuestro entender una voz tan potente y el carisma que sólo logró Pavarotti. Mi devoción es tal que estuve a punto de comprarme un pack especial de 12 CD's que realmente estaba a un precio millonario. La intervención de una buena y querida alumna (que llamaré simplemente "DC") me hizo persuadirme del intento. Sin embargo no dejo de lamentarme por no haberlo hecho. Así que quizás lo intente y me compré el pack aunque me quede un mes sin dinero. Creo que el maestro Pavarotti lo vale.

Así pasa con la música, es un arte, que como todos los demás siempre despertará pasiones y devociones.

Descanse en Paz, maestro Pavarotti. Aquí se le recuerda a un año de su partida con mucha, mucha admiración.

Gracias por leerme.


Dantesol

viernes, 5 de septiembre de 2008

Una historia polarizada

El de Venezuela es sin duda un caso muy especial. Desde 1998 hasta la actualizad el país vive un proceso de transformaciones políticas que ha generado una profunda división en la sociedad.


La presidencia de Hugo Chávez se ha convirtió en un elemento creador de una enorme polarización que abarca ya todos los aspectos de la vida nacional. Familias enteras, viejas amistades, partidos históricos, gremios y sindicatos, empresas, centros de trabajo, universidades y hasta miembros de la iglesia entre un largo etcétera, han presenciado como los seguidores de los dos bandos políticos enfrentados (gobierno-chavismo vs. oposición-antichavismo) se atacan, descalifican e insultan, manteniendo siempre sus posiciones y puntos de vista con radical fuerza.



Casi no hay persona en Venezuela que no conozca el drama de presenciar ya sea en su círculo íntimo y personal o en la calle con desconocidos (o incluso dentro las Instituciones del país) de cómo existe y se manifiesta la división, que tiene su origen en la aceptación o el rechazo del proyecto político encabezado por Chávez, llamado “la revolución bolivariana” en sus inicios y ahora “el socialismo del siglo XX (o “socialismo bolivariano”)


La Historia, como ciencia social totalizante e integradora y como disciplina creadora de conciencia humanística no ha escapado a esa división, y ha tenido un indudable peso y papel en todo este proceso, ya que son constantes las alusiones a momentos y fechas, figuras, etapas y personajes del pasado por políticos del presente (empezando con el mismo Chávez) como forma de legitimar y hasta justificar su accionar político y gubernamental.


Pero no han sido los políticos de oficio los únicos en apelar a la Historia, precisamente los mismos historiadores profesionales han tenido como nunca antes en nuestra evolución política una participación en el debate que vive Venezuela. Brillantes historiadores como Manuel Caballero, Elías Pino Iturrieta o Germán Carrera Damas (cada uno con una obra de más de 20 libros publicados) han salido a la palestra política a emitir opiniones sobre lo que ha pasado en Venezuela, concretamente criticando aspectos de la figura de Chávez y la forma como se ha desarrollado el proceso dirigido por él, recibiendo en su empeño no pocas veces descalificaciones (Chávez catalogo a uno de ellos como ¡“analfabeta”!)

No fueron ni han sido los únicos. Tampoco en ese bando. A la par de que famosos historiadores criticaran al gobierno de Chávez, otros respetables profesionales de la Historia (con más de 20 años en la docencia y la divulgación de la Historia) como Arístides Medina Rubio, (a la izquierda, en la foto) Pedro Calzadilla o Vladimir Acosta, (a la derecha) ha salido al paso en defensa no sólo de la presencia del proceso político actual y de la importancia de la figura de Hugo Chávez en nuestra Historia, sino para reivindicar una concepción de la Historia diferente a la que, según ellos, es excluyente y elitista.


Así pues se creó una nueva polarización. La de los historiadores.


Polarización que llegaba paralela a la del país en otros sectores y también a un verdadero “boom” o auge de la lectura histórica, pues desde 1998 Venezuela registra –para felicidad y orgullo nuestro- un crecimiento sostenido de lectores y consumidores de obras que no son precisamente de auto-ayuda novelas o bets Sellers, sino de libros de historia (biografías o eventos)



Indaga al respecto Pino Iturrieta en la revista El Librero (Año 1 Nº 7, febrero de 2007) sobre ese fenómeno del “boom” afirmando que éste se debe a una “necesidad imperiosa” de los venezolanos “porque su existencia no les basta para entender el desafío de su vida, así que se les meten hasta en los tuétanos la necesidad de poner un espejo del retrovisor; se dan cuesta que es imprescindible para conducirse por el presente”.



Efectivamente coincidimos con el académico historiador en este punto, recalando que los hechos han terminado dado la razón a la importancia de la Historia. Y precisamente eso también sirve para explicar que la Historia misma se convierte en un objetivo político de batalla, pues el conocimiento de determinada y única concepción y visión de la Historia puede resultar clave, estratégico y fundamental para los objetivos del presente y del futuro de quién esté en el poder o desee llegar a él. No en vano Orwell recordaba que “quién controle el pasado, dominará el futuro”, pues evidentemente en la afirmación, negación o manipulación del pasado, está la justificación del presente, el cual un político puede aprovechar hábilmente para ganarse un futuro.


Por esta situación y buscando captar más atención y más lectores para la Historia, se ha desarrollado lo que mi parecer es una “batalla” silenciosa entre los bandos políticamente polarizados de historiadores, que se manifiesta con la aparición y existencia de dos revistas dedicadas al tema histórica.


La primera en aparecer es Memorias del Venezuela, del Centro Nacional de la Historia, (en adelante CNH) institución creada por el gobierno de Hugo Chávez para el estudio y la difusión de la historia desde un perspectiva oficial, aunque paradójicamente esta Historia nueva iba a estar en contra de la anterior y siempre conocida como “Historia oficial”, que sería la que imperó antes de que llegara Chávez al poder (1998). Este Centro surgió sin duda por la necesidad de contar, agrupar y movilizar a todos los historiadores partidarios del gobierno de Chávez, la mayoría de la corriente marxista, como forma de contrarrestar lo que se puede considerar la toma –por darle un nombre- de la Academia Nacional de la Historia (en adelante ANH) por los historiadores contrarios al chavismo, pues ya desde 1997 figuraba como académico Pino Iturrieta, Luego en 2005 y 2007 se incorporan respectivamente Manuel Caballero, Inés Quintero y Germán Carrera Damas historiadores todos opositores y críticos a Chávez, siendo el único proclive al gobierno el antropólogo Mario Sanoja Obediente, que vista la configuración política-académica dejo se asistir a la corporación.

Dándole forma a su proyecto de difusión y divulgación de la nueva historia oficial, surge la revista Memorias de Venezuela a todo color en enero del año 2008 y es encartada a partir de ésa fecha cada dos meses en un periódico de circulación nacional que funge como diario oficioso del chavismo. Ella posee un claro mensaje político dentro de las reseñas o estudios que hace, pues aunque no hace proselitismo evidente, si demuestran su preferencia y objetivos, así lo deja sentado uno de sus autores: “Se busca una historia que en lugar de operar como justificación ideológica esté concebida como herramienta para la liberación” (Luis Felipe Pellicer, coordinador de estrategia del CNH, Revista Todos Adentro, Sábado, 14 de junio de 2008) Así pues “liberación” tiene un significado, un contexto y un propósito especifico a la hora de analizar cada tema: Bolívar, Zamora, Simón Rodríguez, el papel de la mujer, las luchas de reivindicación de de negros o indígenas, y los eventos nacionales (independencia o democracia) se ven con una perspectiva crítica apunta un apoyo a todo lo que fuera o pareciera revolucionario y crítica a lo que sea elite. Porque éste es un gobierno que se autocalifica de "revolucionario" y lucha contra las elites, ("la oligarquía") las que estuvieron en el poder político antes y todavia tiene el poder ecónomico


Por su parte, la ANH, así lo veo yo, decidió devolver el golpe creando una revista, El Desafío de la Historia en abril del mismo 2008, que aunque no es “su” revista oficial (pues desde 1912 existe el Boletín de la Academia que es su única publicación periódica oficial) la misma incluye entre sus creadores y editores académicos de la ANH, y sus principales colaboradores son académicos de allí, profesores de la Escuela de Historia de la UCV con marcada tendencia crítica frente al chavismo o académicos de otras corporaciones (Academia de Ciencias Económicas o Academia de Ciencias Políticas)


Bajo el patrocinio y apoyo de una editorial privada, esta revista actúa como órgano "oficioso" de la nueva generación de académicos ya mencionados e incorporados entre 1997-2007 de la ANH y que poniendo un particular énfasis en una innovadora presentación grafica buscan destacar una Historia, también distinta a la llamada “Historia oficial” de antes de Chávez, pero sin intenciones reivindicativas de ningún proyecto político. Por el contrario ésta revista destaca su oposición al chavismo con el permanente silencio a esa historia heroica y épica de excesiva carga militar, que es la que precisamente gustan más los caudillos y apoyan los gobiernos poco democráticos. La revista se centra en temas y áreas poco exploradas por el común de los lectores: la era colonia e indígena y la Venezuela del siglo XX más allá del eterno tópico: la política, es decir se abarca la literatura, el cine, las modas, los inventos y la gastronomía, llevando así al lector a la idea de que la historia del país no se ha limitado a grandes batallas, luchas entre partidos y transacciones económicas, sino que hay también un rico patrimonio más allá del héroe tradicional que vale la pena conocer y apreciar.


¿Cuál es la visión correcta?. ¿Cuál es la mejor Historia?, eso lo tienen que decidir los lectores, mi opinión es sólo eso y nada más: puede ser errónea. Y para ser sincero me agrada la presentación grafica de las dos revistas y creo que ambas son buenas, aparte que aunque me pueda gustar más la concepción política o histórica de una, siempre he creído firmemente que hay que conocer y estudiar bien la opinión y las ideas del contrario. Eso es equilibrio, es ser racional y es la mejor cura contra el sectarismo, la descalificación y el fundamentalismo.

Igualmente siempre parto de la idea que cada hecho, figura o evolución tiene sus dos caras, pues la realidad simple tendrá varias “verdades”, ambas revistas entonces se complementan en la Venezuela polarizada, si más que mostrar la única verdad, son sinceras en manifestarse como la otra visión de los eventos, personajes o procesos que dicen divulgar.

La ultima palabra la tiene los lectores, que con su preferencia se formarán un juicio de Valor, que espero sea equilibrado y ponderado, tal cual como el que sabe que las monedas tienen dos caras, sin la noche no hay día y sin alfa no hay un omega.


Saquen sus propias opiniones y conclusiones históricas

Gracias por leerme

Dantesol

Esta es la dirección web para descargar la revista Memorias de Venezuela: http://www.cenhisto.gob.ve/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=21&Itemid=44














Y aquí pueden ver la página web de la revista El Desafío de la Historia: http://www.eldesafiodelahistoria.com/


(ambas imágenes corresponden a los últimos números publicados)



Para leer más:

martes, 2 de septiembre de 2008

Japón se rinde: Hace 63 años terminó la Segunda Guerra Mundial


Oficialmente la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) terminó tal día como hoy, el 2 de septiembre de 1945, cuando las autoridades japonesas capitularon frente a las norteamericanas a bordo del acorazado “Missouri” (véase la foto que inicia esta entrada).
Aunque ésa fue la rendición “formal” (o de juris), la que correspondía al acto jurídico y protocolar que marcaba la conclusión definitiva de las hostilidades. La rendición “fáctica” o de hecho, que fue la que significó en la práctica la derrota de un bando y el triunfo de otro, ocurrió también hace 63 años, El 14 de agosto de 1945: Fue cuando el gobierno japonés anunció su disposición definitiva a deponer las armas, reconocerse derrotado y someterse a la voluntad de los vencedores, en este caso las potencias aliadas: Estados Unidos, La Unión Soviética (URSS) y Gran Bretaña. Ese día se conoció entonces como el día “V-J”, o sea: Victory of Japan, era la consecuencia lógica del otro día de victoria el “V-E”: la victoria en Europa contra Alemania, que era el 8 de mayo de ese mismo año.

Hay que subrayar que la rendición japonesa se hacía en un marco muy histórico pues era la primera vez en la milenaria historia de este país que se rendía. Influidos por su propio pasado los japoneses se consideraban “invencibles”, y las tradiciones guerreras samurai heredadas por sus fuerzas armadas modernas, les daban un aura de invulnerables que parecía ratificarse con la historia misma: Ningún país había podido invadir u ocupar Japón (el caso de Kublai Kan es el más famoso) y luego, desde 1898 hasta 1942, la escalada militar moderna de Japón solo conoció triunfos en Asia, venciendo a China, Corea, Rusia, Inglaterra, Holanda y los mismos Estados Unidos.

Pero la rueda de la Historia giró sus tornas, y el último país con el cual se enfrentó Japón era muy diferente a los otros y la manera como Japón buscó la confrontación (el ataque sorpresa a Pearl Habor) desencadeno la furia de una nación que era nada más y nada menos la mayor potencia industrial del hemisferio occidental.
Fue este el detalle que hizo verdaderamente mundial a la Segunda guerra. Y fue este el detalle que creó la firme determinación de los norteamericanos por derrotar a Japón.

La guerra más grande…

Pero ya sea el 14 de agosto o el 2 de septiembre con la disposición de Japón de rendirse, concluía la guerra más grande que había conocido la humanidad. Todo en ella fue monumental, no solo en las cifras y números de los combates, armamentos producidos y soldados movilizados, sino en la intensidad y gravedad de mucho de lo que allí sucedió. Fue la verdadera primera guerra mundial, pues fue un conflicto que involucró directa o indirectamente a todos los países del mundo.

Por primera vez se luchó en los cinco continentes, pues a diferencia de la I Guerra Mundial (1914-1918), que hasta ese momento fue sin dudas la Gran guerra pero europea, la lucha en la Segunda guerra mundial no se limitó sólo a Europa, sino que se peleó en el norte y sureste de África, en Asia y Oceanía, y también en América, por primera vez en su edad contemporánea, se registraron combates y agresiones (la Batalla del Río de la Plata entre barcos de Inglaterra y Alemania y la ocupación de Japón de algunas islas Aleutianas, en Alaska) así como las incursiones y campañas de los submarinos alemanes (en todo el Atlántico) y japoneses (en el Pacifico)


Aparte de los combates entre los bandos, hubo episodios de conflictos y ocupaciones en el Medio oriente, el África ecuatorial, el océano índico y el mar Caribe. Muchos gobiernos llegaron o cayeron por sus simpatías con alguno de los bandos en pugna o por la abierta intervención de ésos bandos dentro de cada país. Aparte de los grandes países que conformaban cada bando: el Eje (Alemania, Italia y Japón) y los Aliados (Inglaterra, Francia, la Unión Soviética, Estados Unidos y China) más de 100 países declararon abiertamente la guerra, principalmente a favor de los Aliados y contra Alemania y Japón. Eso era un claro indicativo que el mundo se había vuelo “más pequeño” y por ende más cercano. La globalización tal y como la conocemos se manifestó de hecho con claridad entre 1939 y 1945.

La interdependencia económica, así como el avance de las comunicaciones habían hecho que todos los pueblos de la tierra, sin excepción se hayan visto afectados directamente o indirectamente por la guerra: directamente unos, los que sufrían los embates de la lucha o la ocupación, participando cientos de miles de personas en todos los frente de batallas, e indirectamente otros por tener carestías de productos que sólo se importaban de Europa y Norteamérica y presenciar con angustia millones de personas, el incierto desenlace de los combates.

La guerra de las equivocaciones…

Se puede decir, sin temor a equivocarnos en esto pese a ser sólo una opinión, que la Segunda Guerra Mundial, aparte se ser la guerra más grande de la historia, fue también la guerra de “las equivocaciones”, donde todos o casi todos los participantes equivocaron muchos de su cálculos.
Veamos por qué:

Alemania nunca pensó que Inglaterra y Francia se opondrían a sus planes expansionistas vista su pasividad y su “apaciguamiento”; Inglaterra y Francia jamás pensaron que Alemania pudiera llegar tan lejos y mucho menos que Francia sería derrotada y ocupada por los alemanes y que Londres se quedaría sola frente a Alemania, soportando de paso una lluvia de bombas sobre su cielo. También pensó Alemania, o específicamente Hitler, que la Rusia soviética sería derrotada fácilmente, que en 3 ó 4 semanas ocuparía toda la parte europea de la URSS y que nunca éstos contraatacarían. Italia creyó que la guerra sería corta y que una vez vencida Francia y bombardea Inglaterra, podría quedarse con muchos territorios en África del norte y todo el Mediterráneo sería de nuevo un “mar italiano”. Tanto Alemania como Italia creían que los Estados Unidos jamás se involucrarían en el conflicto europeo.

Por su parte la Unión Soviética o concretamente Stalin, nunca calculó que Hitler lo engañaría con el Pacto de no agresión que le propuso, que la guerra entre Alemania-Francia e Inglaterra duraría años y qué de eso podría sacar ventajas. Finalmente: que Alemania jamás se atrevería a atacar la URSS (y que al hacerlo llegaría a Moscú tan rápido).


Referente a Japón y los Estados Unidos sus cálculos no pudieron ser peor: los norteamericanos nunca pensaron que la guerra europea los terminaría arrastrando nuevamente, sobretodo por su aislacionismo militante que el mismo Roosevelt no podía abatir; igualmente pensaban que los nipones jamás se atreverían a atacarlos y pensaron que sería suficientes con embargos y advertencias para controlar esa amenaza en el Oriente. Los japoneses por su parte creían firmemente que con un único y fulminante ataque ya se resolvería la guerra con los estadounidenses, que los EEUU jamás se involucraría en una larga campaña aeronaval contra Japón y sobretodo qué su país estaba demasiado lejos para que su suelo pudiera ser atacado por aire o mar. Japón también creyó que la Unión soviética nunca le declararía la guerra… aparte que siempre tuvo fe en que Alemania ganaría la guerra en Europa, venciendo simultáneamente a Inglaterra y los rusos.


Y globalmente, nadie supuso (por supuesto porque nadie era profeta o advino) que este conflicto marcaría el fin de la centenaria preeminencia europea como centro del poder mundial, la desaparición del imperio británico, el surgimiento de nuevas naciones en África y Asia tras el fin de los dominios coloniales europeos y el establecimiento de dos súper potencias extra europeas: Los Estados Unidos de América y La Unión Soviética, que de hecho y hasta 1989-91 aproximadamente se repartieron el mundo en esferas de influencias.

La guerra moral…

También hay que señalar algo que le da a esta guerra un carácter diferente y único, aparte del calificativo de “grande” que implica número y volumen. Es el carácter moral que esta guerra subraya, pues a diferencia de otras, esta guerra tuvo un marcado tono ideológico que determinó muchas de las acciones realizadas. La ideología extremista del fascismo alemán, en nazismo, al apoderarse previamente de las instituciones políticas de su país, antes de la guerra, logró también de alguna manera apoderase de la voluntad y la mentalidad de la mayoría de los alemanes, quienes con fe y devoción militante aceptaron y acompañaron la propaganda nazi de que los alemanes eran una raza “superior”, que había que dominar a los “inferiores” y si era necesario “exterminarlos”.

Las consecuencias de esas ideas absurdas, pero gravemente peligrosas en el marco de una guerra tan grande como fue la Segunda Guerra Mundial, previsivamente tenían que ser desastrosas, terribles y brutales. La guerra entonces dejó de tener un carácter exclusivamente militar: ya no se trataba de vencer y derrotar ejércitos enemigos y ocupar o anexar a los países vecinos, había una firme pretensión de los Nazis de construir a sangre y fuego, especialmente con todo eso y sobre las runas de la anterior, las bases de una nueva civilización que encarnarían nuevos valores, que a nuestros ojos son sólo anti-valores: el egoísmo, la violencia, la segregación y esclavitud, el sectarismo, la intolerancia, la dominación, la competencia pugnaz y venal, el fundamentalismo, la irracionalidad y la descalificación a lo “diferente”, que debe estar sometido al total control del Estado o la mayoría sometida al Líder.

Que los Nazis hiciera hecho esto en Alemania antes de la guerra (1933-1939) –y sé que es muy polémico lo que diré, pero pido comprensión- no parecía tener “problemas”, porque lo que se hacía allí se quedaba ahí: dentro de las fronteras. Eso no parecía ser un problema moral grave para Europa ni el mundo occidental. Incluso si no hubiera habido Guerra Mundial, Hitler hubiese sido un dictador más de la era industrial y contemporánea, que hubiera sido calificado como “mesiánico y mano de hierro” A fin de cuentas algunos en el mundo (David Lloyd George y Eduardo VIII, duque de Windsor ambos de Inglaterra y Charles Lindberg de Estados Unidos) veían a Hitler como un mal menor –o hasta “necesario”- frente al comunismo. Vista la tradición de Alemania de tener gobernantes duros Federico Guillermo (el Rey sargento), Federico II de Prusia y el mismo Bismarck, Hitler parecía un “producto más” de la política alemana.



Pero todo eso cambió un 1º de septiembre de 1939, cuando precisamente Alemania cruza sus fronteras y empieza a dominar a otros pueblos. El problema exclusivamente alemán empezó a hacerse europeo y finalmente occidental y mundial. Ahora si se entendía con claridad lo malo, lo verdadera y perversamente malo que era Hitler y sus nazis, y que un mal aunque sea percibido como “menor o necesario” no deja de ser malo y cuando las atrocidades de los nazis se conocieron por doquier que entraron las tropas alemanas, La encarnación del MAL, como todo lo que el ser humano no debe y nunca debió hacer se concentró en la acción de los nazis y concretamente en la figura de Hitler.

De tal manera eso nos explica por qué tras finalizada la guerra se hacen los Juicios de Nüremberg, pues como no se trato de una guerra “clásica”, no se buscó enjuiciar a los jefes militares del país derrotado, se buscó castigar a los líderes directos (tanto políticos como militares) del gobierno que inició la guerra y que durante de la misma realizó las peores atrocidades inimaginables, que superaron el carácter “clásicos” o convencional de una lucha armada y estrictamente militar. Se castigó ejemplarmente a los que provocaron la mayor matanza dirigida de la Historia y a los que pusieron en grave peligro a la misma Civilización.

Por eso la Segunda Guerra Mundial adquirió un distintivo carácter moral. Ya no se trataba exclusivamente de una guerra militar más, ni siquiera la continuación de la Primera Guerra Mundial, era una lucha para la salvación y preservación de la misma civilización occidental y de la misma civilización humana con su diversidad de culturas. Puede que la civilización occidental que conocemos no sea la mejor, ni la más perfecta y esté llena de errores y defectos pero al menos ante la visión de lo que querían imponer Hitler y los nazis, es algo infinitamente mejor y superior por lo cual valía –y todavía vale- la pena luchar.

El holocausto judío y el de las otras minorías

El crimen tan vasto del Holocausto no solo contra el pueblo judío, sino contra los gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, los física y mentalmente impedidos y también los pueblos eslavos de Europa es una demostración palpable de por qué la Segunda Guerra Mundial fue una guerra distinta y moralmente importante. El ensañamiento enfermizo mostrado por los nazis y particularmente Hitler hacia los judíos, fue la culminación, el cenit (por llamarlo de algún modo) de la lamentable historia de intolerancia de los europeos contra los Judíos. Años y décadas de guetos, pogroms, fanatismos y expulsiones no bastaron, quizás porque todo se diluía a lo largo de la misma Historia. Pero cuando todo se hizo tan masivo, rápido, concreto y mecánico todo cambió. Nunca antes en la historia, -y esperamos que NUNCA JAMÁS- se asesinó específicamente a tanta gente en tan poco tiempo y con tanta meticulosidad.

En la era industrial y científicamente avanzada del siglo XX, el asesinato tomó esas mismas características: Auschwitz, Birkenau, Treblinka y Sobibor como campos de exterminio funcionaron real y literalmente como “fabricas de la muerte”: industrias de asesinato masivo, asesinato a nivel industrial en donde en vez de fabricar objetos, se destruía y se asesinaba personas en una línea de producción que por su eficiencia no tenía nada que envidiar a un matadero de ganados o a una fabrica de electrodomésticos. el genocidio tomó ahora un aspecto (y también una excusa-justificación) de científico (Rudolph Hess, lugarteniente de Hitler, llegó a decir que el “Nazismo es biología aplicada”) Si la revolución industrial había mostrado su lado más oscuro en Manchester con la degradación y pauperización del obrero –tan bien reflejado en las obras de Charles Dickens- el lado más monstruoso, más inhumano y alienante de esa misma industrialización fue, el que se vio con los campos de exterminio y el holocausto judío, tan vívidamente recreados en la obras –del sobreviviente de ellos- Primo Levi.

A algunas personas les molesta que siempre se mezcle este tema del Holocausto con la Segunda Guerra Mundial, pues seguramente prefieren ver la Guerra como eso: una cosa exclusivamente militar, pero realmente eso no es posible. Fue el mismo Hitler y los nazis quienes le dieron ese carácter a la guerra, una guerra no solo de revancha y venganza contra Francia e Inglaterra por el tratado de Versalles, para Hitler y sus nazis la Segunda Guerra Mundial iba a ser su guerra particular y personal contra sus enemigos políticos-ideológicos y raciales, por lo tanto la Segunda Guerra fue también una guerra contra los judíos, y también contra los bolcheviques y todo aquél que fuera “inferior” o se negara a someterse al todopoderoso III Reich.
El mismo esfuerzo de guerra de los alemanes se vio muy comprometido en detener judíos, procesarlos y masacrarlos, así como a todos los comunistas, gitanos, testigos de Jehová, impedidos físicos y mentales y eslavos que se fueran consiguiendo a su paso. Millones de soldados y oficiales del ejercito alemán que pudieron haberse dedicado “exclusivamente” a la guerra, estaban haciendo redadas, transporte y fusilamientos de judíos e “infra hombres” o sencillamente cuidando los campos de exterminio. Ésa es una de las razones claves para entender por qué Alemania, afortunadamente, perdió la guerra, porque aún cuando ya estaban perdiendo la lucha, Hitler desviaba valiosos recursos para que siguiera funcionando la industria, SU industria de asesinato masivo.


Vale preguntar a cualquier conciencia responsable, sin importar su credo o confesión particular: si ¿era justo que la obsesión maniática y absolutamente personal de un solo hombre se convirtiera en política de estado en todo un país? Porque bien se puede odiar, desdeñar o malquerer a alguien pero ¿llegar a exterminarlo, no sólo a él sino a todo su gentilicio? ¿No es eso un crimen, aparte de una locura?, Ciertamente se puede suponer que había judíos prominentes que eran un inevitable blanco político para los nazis (banqueros, industriales e intelectuales aparte de los que eran de paso comunistas) pero ¿cuál era el grado de responsabilidad de los niños, las mujeres y los ancianos judíos dentro de Alemania, y cual era la culpa de todos los demás judíos de Europa? ¿Acaso millones debían pagar el odio de un solo hombre? Nada justifica esa cruel barbaridad. El Holocausto es una grave mancha en el historial de la Cultura humana y de la Civilización occidental, que no puede borrarse con olvido, sino asimilarse en el recuerdo para que comprendiendo bien el fenómeno, nunca más se repita.


La Segunda Guerra Mundial, entonces demostró tanto lo peor como lo mejor del mundo occidental. Demostró como los lineamientos fundamentalistas de una ideología nefasta podían hacer que los hombres realizaran de manera masiva y mecánica los más horrible crímenes. Pero también demostró que la decisión de los pueblos a no rendirse ante la opresión, la tiranía y la injusticia era una esperanza de mejor mañana. Desde Polonia, hasta China, pasando por Francia y Rusia, cada pueblo organizó la llamada Resistencia, que arriesgando la vida, tranquilidad y seguridades que podían tener si se sometían y se hacían indiferentes, lo dieron todo por la Libertad y la Justicia.


El mismo Franklin Roosevelt le quiso dar ese carácter moral a lucha cuando en la “Carta del Atlántico” (1941) habló de las cuatro libertades (libertad de expresión, libertad religiosa, estar libres de la necesidades económicas y estar libres del temor) cómo base y razón de la lucha contra la tiranía y opresión que representaban el nazismo ante el mundo civilizado.
Y ésos últimos valores fueron la fuerza motriz (aparte del acero y el poder de las armas y los millones de soldados movilizados) que sostuvo el esfuerzo de la guerra y la determinación de vencer a Hitler y sus igualmente nefastos aliados.

La guerra amoral…

Se me recordará que tampoco las cosas fueron así de “bellas e idealistas” y que aparte de lo mencionado la venganza estuvo a la orden del día entre las intenciones de los aliados. Es cierto, y no lo niego. El almirante Harris de Gran Bretaña, jefe del “bomber comand” de la Royal Air Force nunca ocultó su deseo que Alemania conociera y sufriera los efectos de los bombardeos que había hecho estos a Inglaterra en 1940. De los soviéticos ni se diga: Cuando sus tropas entraron a territorio alemán en 1945 practicaron con saña el saqueo y la violación, de manera de hacerle “pagar” a los alemanes los excesos que habían cometido desde 1941 cuando invadieron a la URSS.


Más polémico aún ha sido la cuestión entre los Estados Unidos y Japón, que fue en esencia un pleito personal, pues la guerra en el pacifico (1941-1945) fue prácticamente una guerra japonesa-norteamericana donde ingleses y soviéticos tuvieron un papel muy, muy secundario. En ese conflicto se menciona mucho lo de Hiroshima y Nagasaki, como elementos inmorales dentro de la guerra.
Sobre todo este punto (lo de la venganza) hay que aclarar que la Segunda Guerra Mundial fue una guerra terrible, sin dudas la más terrible de todas, donde se masificó la capacidad de destrucción a medida que paradójicamente aumentaba y se masificaba la extensión de la creación científica del hombre. El concepto de “guerra total” se aplicó en está guerra (precisamente fueron los Nazis quienes lo decretaron y lo ejecutaron con la cínica y terrible frase: totaler krieg ist kürzester krieg!, “¡la guerra total es la más corta!”) y la versión contemporánea, industrial y científica de esa nueva versión de la “guerra a muerte” implicó buscar hacer siempre el mayor daño posible al enemigo de la manera más rápida y menos peligrosa para uno mismo. Eso explica en primer lugar por qué ésta guerra será la que haya más muertos civiles o no combatientes que militares (alrededor del 53% de bajas)
Como Cristiano de doctrina Católica no puedo justificar ni avalar semejante vorágine de venganza que tuvo la guerra, apenas puedo llegar a comprender si trato de ubicarme en los contextos y antecedentes de la lucha, y en las posiciones que hubieron de aguantar quienes desataron esas lamentables venganzas. Supongo que la condición humana es la mejor explicación para tales conductas, porque muchos de quienes actúan con venganza lo hacen más presa de la pasión que de la razón, y en casos de guerra, la pasión va encarnada por millones en representación de países enteros.

Hiroshima y Nagasaki

Los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki en 1945 aunque moralmente son muy cuestionables, no dejan de estar enmarcados en el contexto de la muy terrible guerra que hemos descrito y por ende no se puede apelar alegremente –como muchas veces se ha escuchado- que ese fue “el más grande y terrible acto terrorista de la historia”. Este argumento aparte de irresponsable es anti-histórico, porque sólo busca criticar el país que lanzó la Bomba, no para explicar y aprender de los hechos ó para hablar seriamente del terrorismo. Los hechos son claros: la paz no fue violentada de repente con ese acto, sino que se estaba desde hacía tiempo en guerra y esa arma contribuyó a finalizarla.


No hay que jugar al engaño. Fue una guerra terrible y cada bando iba a sacar provecho hasta el fin del progreso en la tecnología militar: De haber tenido Hitler la bomba atómica el no hubiera dudado en usarla contra Londres o Moscú. Y si los japoneses también la hubieran tenido la hubieran usado con seguridad contra los norteamericanos para cambiar el resultado de la guerra. Eso es algo que hay que tener muy presente a la hora de acercase a éste tópico.

Hiroshima y Nagaski sólo fue la conclusión del personal y peculiar conflicto entre Japón y los Norteamericanos que ya mencionamos, y que en su desarrollo alcanzó niveles de verdadera “guerra a muerte” (los Kamikazes son un preciso ejemplo) Entonces una guerra tan emotiva solo podía tener un resultado igual de irracional como empezó: ante un ataque considerado “a traición” como fue el de Pear Harbor, los norteamericanos con su enorme poder industrial no descansarían hasta poder matar a distancia y seguros a la mayor cantidad de personas del enemigo. El almirante Hasley, jefe de la 3ª flota naval Americana y comandante en jefe del teatro de operaciones del Pacífico sur, cuando vio los destrozos en Pearl Harbor dijo que no descansaría hasta hacer que “el japonés se hablara sólo en el infierno”, asimismo el general Curtis LeMay jefe 21º cuerpo de bombarderos de los EEUU en el Pacifico no dudaba en decir que sus hombres “bombardearían [Japón] hasta que no tuvieran qué bombardear” y qué en esa guerra “Hay que matar gente. Cuando hayas matado el número suficiente, ellos dejarán de luchar”. En pocas palabras el camino a Hiroshima se estaba construyendo.

Y en efecto la noche del 9 y 10 de enero de 1945 (seis meses antes de Nagaski) Tokio, la capital de Japón sufrió su primer gran ataque aéreo. Más de 100.000 personas morían bajo las bombas incendiarias. Durante el mismo mes de marzo Nagoya, Osaka y Kobe sufrirían ese cruel embate.
Sin duda en una situación de conflicto cuando se está preso de adrenalina estas declaraciones podrían parecer las más “acertadas”, pero luego de verlas con el tiempo, con más razón y no pasión, la sensatez no deja lugar a dudas: son moralmente condenables. El mismo LeMay confesaría años después que “de no haber estado en el bando de los vencedores, seguramente nos hubieran procesado como criminales de guerra”.

Una muestra más de dónde puede llevarnos la irracionalidad, cuando contamos con el poder y los recursos para desatar nuestras pasiones.


Otra cosa más: Sobre Hiroshima y Nagasaki es lugar común argumentar sobre el número de muertes, pero como ya dijimos en esta guerra todo fue monumental y la cifra oficial de muertos de esos ataques tampoco debe ser un asunto para andar juzgando alegremente, pues ése es un punto que no lleva a nada. Las cifras de estos ataques nunca han estado claras, y siempre han variado con el tiempo, quizás por temor y vergüenza de los atacantes o la saña y propaganda de quienes hasta hoy se oponen a quienes la lazaron, pero igualmente quizá por la dificultad material de contabilizar los cadáveres ante un arma de unos efectos todavía novedosos y el cierto hecho de las muertes por secuela, que han agrandado las cifras.

Pero como suele suceder, datos estadísticos puede conducir a errores y equivocaciones si los consideramos únicamente por si mismos. Así pues se condena nada más lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaki por el número de muertos que causó. Pues bien, quienes gustan de jugar con cifras se dan cuenta de su error cuando se examinan los hechos de la Historia: la cifra en Hiroshima fue de 83.000 muertos inmediatos (número que llega a 130 mil cuando se anexan los heridos que murieron y los fallecidos después por efectos del cáncer) Y Con respecto a Nagasaki 60.000 vidas se llevó la bomba atómica (no poseo cifras de los otros muertos que se endosaron como fue el caso de Hiroshima) Pero como ya señalamos un solo ataque aéreo, el de Tokio, generó en una noche más de 100 mil muertes y el conjunto total de muertes registradas en los 6 meses de bombardeos a Japón previó a Hiroshima y Nagasaki generó más de 250 mil muertos, una cifra muy superior a la cantidad de muertos combinada por los ataques nucleares.

Igualmente Europa vivió brutales carnicerías aéreas iguales y superiores a las dos ciudades famosas de Japón, pues Hamburgo y Dresden comparten el dudoso -y doloroso- honor de ser “Hiroshima y Nagasaki germanas”. En Hamburgo durante 1942 un bombardeo de Inglaterra destruyó en 90 minutos toda la ciudad, y aunque las bajas no llegaron a mil, la ciudad no se salvó por ello: al año siguiente una campaña de bombardeos dejó la terrible cifra de casi 100.000 muertos. Dresden por su parte en 1945 pagó el preció más alto en Europa, 135.000 vidas en una sola noche. Otras ciudades que compartieron está tragedia serían Colonia y Bremen, que juntas ofrecen cifras de más de 100.000 muertos. Como se ve la cuestión con Hiroshima y Nagasaki nunca puede tratarse de números o cifras, porque frente a los casi 2 millones de japonés que murieron en toda la guerra los ataques nucleares no representaron si quiera el 3% de las bajas. El asunto fundamentalmente, es desde nuestro parecer, el cómo se produjo la cifra, más que la cifra misma: y eso es lo impactante, tal como paso con el Holocausto judío: la muerte masiva de seres humanos en el menor tiempo posible gracias al apoyo de la industria y la ciencia en uno u otro caso. Casi 250 mil japoneses en menos de 10 minutos en Hiroshima y Nagasaki, y casi 7 millones de judíos en tan sólo 6 años (1939-1945).


Lo que nos dejó la guerra…

Pero como dijimos atrás, muy atrás, y esto para finalizar, ésta guerra no fue únicamente una guerra grande por los números, ésta sería grande, muy grande por la influencia que dejó en todos los seres humanos del planeta tierra.

Pues el mundo tal y como lo conocemos hoy sigue configurado tras los pasos de la Segunda Guerra Mundial y los acuerdos que dejaron los potencias vencedoras. El mundo sigue pareciéndose mucho a lo que se acordó en Yalta o en Postdam. Corea sigue dividida en dos países diametralmente opuestos, y Alemania pese a su reunificación sigue teniendo dos realidades en el este y el oeste producto de más 40 años de división. Entre China y Taiwan prevalece la división subsiguiente entre comunistas y nacionalistas que quedó inmediatamente tras concluir la Segunda guerra. Y Yugoslavia sólo existió como estado unido mientras el protagonista central de su unidad, el mariscal Tito surgido de la Segunda guerra, estuvo vivo.

Los Estados Unidos siguen teniendo un papel relevante y hegemónico de súper potencia. Rusia, aunque ya no es la Unión Soviética y no posee una delimitada zona de influencia, es en definitiva la segunda gran súper potencia del planeta que usa su poder energético-petrolero y militar para presionar a Europa. Europa, a su vez, aunque unida sigue siendo una potencia de tercera categoría, que debe siempre decidir debajo de la opinión de los dos gigantes extra-europeos que le rodean.

La Segunda Guerra también fue el golpe de muerte para los nacionalismos europeos. La obra de Hitler y sus nazis fue suficiente para comprender a dónde podían llevar los extremos particularismos nacionales, y el sufrimiento de 6 años sólo convenció a los europeos de que debían trabajar juntos como vecinos. Lo que pareció imposible fue cuajando: viejos enemigos como Francia y Alemania fueron creando el llamado “eje franco-alemán”, que lentamente serviría de base para una unión europea, la misma que tomo forma con una Comunidad del Carbón y el Acero y luego un Mercado Común. La necesidad de la unión y el entendimiento entre latinos, sajones, nórdicos, germanos, balcánicos, eslavos y mediterráneos logró el milagro de que en 1992, naciera la Unión Europa, comunidad supra nacional que agrupa ahora a casi todos los pueblos de ese continente, que por primera vez en la Historia están reunidos de manera pacifica y democrática. Lo que nunca conseguiría Julio César, Carlos Magno, Carlos V, Napoleón ni mucho menos Hitler con sus ejércitos, lo lograron los europeos de manera voluntaria y civilizada.

En el mundo, el legado de la Segunda Guerra también es visible: El estado de Israel como hogar del diasporado y perseguido pueblo judío se consolidó a partir de 1948, no sin antes traer como consecuencia un lamentable rosario de guerra con sus vecinos árabes. La India y Pakistán en primer lugar en Asia y luego Ghana y Túnez en África fueron los primeros países que consiguieron sus independencias de las antiguas potencias coloniales europeas: Inglaterra y Francia, luego todo el continente africano y el asiático se liberarían de esa centenaria dominación, llegando incluso a surgir la denominación del “Tercer mundo” como un intento de polo de poder entre el espacio capitalista occidental y el bloque comunista ó pro soviético. En Latinoamérica una conciencia de mayor libertad y autonomía frente a los poderes externos fue tomando forma más definida y al mismo tiempo que conquistas democráticas como el derecho al voto universal se manifestó en la mayoría absoluta de los países Latinoamericanos.

También en la vida cotidiana la Segunda Guerra dejó su impronta imborrable pues los 6 años de frenética lucha, potenciaron un avance igual de acelerado en la ciencia y la tecnología el cual no se detuvo en 1945, y que por el contrario re-convirtió al mundo civil las aplicaciones creadas inicialmente para el mundo militar. La penicilina y el DDT contribuyeron a salvar miles de vidas, al paso que la telefonía inalámbrica permitió extender la comunicación entre otras miles de vidas al punto que hoy uno puede preguntar ¿quién no vive con un móvil o un celular? Lo mismo se puede decir de las computadoras, que desarrolladas durante la guerra fue la base para el procesamiento de palabras y datos, y sin ese maravilloso invento no estaría escribiendo esto y no existiría una plataforma física para que ese otro grandioso invento de la Internet se hubiera desarrollado y nos permitiera expresar estas opiniones.

Igualmente inventos de aparente uso militar encontraron utilidad en nuestra cotidiana vida civil: los vehículos rústicos y “todo terrenos” como el jeep llegaron para quedarse facilitando la comunicación terrestre donde los autos convencionales o el ferrocarril no podían entrar. El radar sigue siendo fundamental para la aviación comercial y las marinas mercantes del mundo, al mismo tiempo que los aviones a reacción nos permiten llegar rápido si tomamos un vuelo. La energía atómica es la segunda fuente de energía en el mundo detrás del petróleo (en Francia más del 60%) y en la medicina la utilidad del átomo sigue siendo fundamental para el combate del cáncer. Por último los cohetes, desarrollados al final de la guerra permitieron dar vida a la carrera espacial, que aparte de llevar a la Humanidad a la luna, permitieron a largo plazo sentar las bases para los satélites que nos brindan tanto la información climática, la repetición de las señales radio-televisivas y la exploración del mismo espacio profundo a través de telescopios orbitales como el Hubble.

¿Algo más nos dejó la guerra? Quizá lo más obvio: la mortandad más grande hecha por la voluntad y mano del hombre. Es algo que no se puede olvidar: más de 50 millones de personas en tan solo 6 años (algunos estudios establecen que la cifra definitiva son 65 millones) ¡un promedió de casi 10 millones de muertes por año! Eso mismo nos llama al recuerdo y la reflexión, y es quizás lo que explica porqué después de este conflicto el mundo no ha tenido –y gracias a Dios- una “buena guerra” en el lenguaje de los belicistas, sino que lo que ha habido son conflictos regionales, que afortunadamente para la humanidad, desde hace unas décadas para acá, siempre tratan de solucionarse por vía diplomática y duran brevemente, cuando muchos países intervienen para evitar su extensión. El recuerdo brutal de la guerra llamó a los mismos vencedores a crear la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que aunque más se ha comportado como un “club de potencias” que como un genuino órgano de control de la guerra y promoción de la paz, es lo único que tenemos en el mundo para evitar caer en la vorágine de la mutua autodestrucción, manteniéndose a mucha, muchísima distancia de la inoperatividad de la antigua “Sociedad de Naciones”, que no pudo impedir la llegada de la Segunda Guerra.

La brutal masacre (y la consecuente destrucción) de la guerra afortunadamente no se ha olvidado. Año tras año se conmemoran acontecimientos como el ataque a Pearl Harbor, la Batalla de Kursk, el desembarco en Normandía, los bombardeos a Coventry, Hamburgo, Colonia o Dresden, la liberación de Auschwitz y las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Acontecimientos todos que se mantienen vivos en la memoria de millones de personas, para saber, reflexionar y entender que la Humanidad no podría aguantar otro conflicto mundial como el de 1939-1945, y que ahora con todo el desarrollo científico-industrial existente que ha facilitado armas aún más mortíferas, la responsabilidad colectiva es aún mayor, la Historia está precisamente en la primer fila mediante el estudio, el recuerdo y la divulgación, al hacerle a los pueblos y sus gobiernos comprender en que más que las fuerzas de las armas, el arma más fuerte en el mundo ha de ser el poder comprenderse mutuamente.

¡Gracias por leerme!

Dantesol


Para leer más:

Por ser un tema tan apasionante, la bibliografía para este tema es tan extensa como ha sido esta entrada. Yo recomiendo las siguientes obras, si las pueden conseguir para leer:

Libros:

Así fue la segunda guerra mundial, (dirigida por sir Basil Liddell Hart y Barrie Pitt) Editoriales Anesa, Noguer, Purnell Rizzoli, 1972, 6 tomos.

Cronología de la II Guerra Mundial. Registro Ilustrado día por día- 1939-1945, Cristopher Arglye, Bogotá, Educar Cultural Recreativa, 1983

El mundo en guerra, Mark Arnoid-Foster, Barcelona, editorial Plaza Janés, 1975.

El Tercer Reich, H. S. Hegner, Barcelona, editorial Plaza Janés, 3 tomos, 1967.

Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial, Selecciones del Reader’s Digest, Madrid, 1965, 3 tomos.

Grandes guerras de nuestro tiempo (dirigida por Kurt Zentner) editorial Brugera, S.A., 1975 10 tomos [tomos 1-2: El Tercer Reich, tomos 3-4: La Segunda Guerra Mundial, tomos 5-6: La Resistencia, tomos 7-8: Espías, agentes y soldados, tomos 9 y 10: Las Luchas de la post-guerra]

Historia de la Segunda Guerra Mundial, (dirigida por Juan Salvat, basada en el texto original del Teniente Coronel Eddy Bauer) Salvat S.A. de Ediciones, Pamplona, España, 1981, 10 tomos.

Historia Gráfica de la II Guerra Mundial, un testimonio completo en relatos y fotografías, Abraham Rothberg, Barcelona, Ediciones Aura, colección Presencia y Documento, 1967, IV volúmenes.

La Segunda Guerra Mundial en Fotografías y Documentos, Hans Dollinger yHans-Adolf Jacobsen, Barcelona, editorial Plaza y Janés, 1967, 3 tomos.

Revistas:

Guerra y paz, Muy especial, G+J España ediciones, Nº 51, enero/febrero 2001.

La Segunda Guerra Mundial 60 años después, Muy especial, G+J España ediciones, Nº 68, invierno 2005.

Tiempos de guerra. A 60 años de la segunda Guerra Mundial, National Geographic en español, México, editorial Televisa, 2005.

Internet:

http://www.exordio.com/

http://www.de1939a1945.com/

http//news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/dia-d/

http//news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2005/ii_guerra_mundial_europa/

http//news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2005/auschwitz/default.stm

http//news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2005/hiroshima/default.stm

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid_2718000/2718651.stm