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sábado, 14 de febrero de 2009

50 años de la Revolución Cubana, un Análisis (y III)

Culminamos finalmente nuestro análisis e interpretación sobre la cincuentenaria revolución cubana con esta tercer y última entrega, que es la más larga de la tríada, pero creo que vale la pena leer


El fin de la hazaña y la magia

Ahora bien, creo que tanto el romanticismo como la mitología se acaban y los hechos reales se van mostrando cada vez más con contundencia empírica para entenderlos mejor, menos sentimental y mas racionalmente. Eso también paso con Cuba y su revolución.

Observar la evolución del proceso cubano ayuda a entenderlo. Lo que se planteó a fines de 1958 y principios de 1959 nada tenía que ver con lo que se consolidaría 5 años después: Cuba de pasar a derrocar a un dictador y prometer una verdadera democracia, se convirtió en un país comunista, el 1º de América, con dictadura de partido único, control del Estado de toda la economía y supervisión de todos los aspectos sociales. La muerte del Che Guevara en 1967 y el consecuente debilitamiento y derrota de todos los grupos guerrilleros de la región, aisló a Cuba de su región natural y la entregó de lleno al control de la URSS, que vino a ocupar el papel que hacía EEUU antes de Castro. La Sovietización de Cuba con su burocratismo, centralismo y represión importada de Moscú haría demostrar que de romántico, glorioso y mitológico no quedaba nada en la Cuba castrista.

Esto se vio precisamente a partir de los años '70 cuando los poetas Heberto Padilla y Reinaldo Arenas (en la imágen de la derecha) debieron soportar la censura, la exclusión y finalmente la represión y el exilo -tal cual pasaba en la URSS con los escritores disidentes- generando una crisis que afectó la reputación de la revolución y le restó apoyos internacionales (como Carlos Fuentes, Vargas Llosa o Sarte). La situación se agravó más en 1977, cuando Castro permitió a las Naciones Unidas llevar un delegado de Derechos Humanos y la información recabada fue lo suficientemente clara y contundente para demostrar que como otros país de Latinoamérica en su larga historia, Cuba era una dictadura más a pesar de su carácter revolucionario, y que a pesar de su prédica a favor del socialismo, la justicia y el bienestar colectivo, en Cuba lo mismo que en China, Corea del Norte Europa Oriental y la URSS había presos políticos, cárceles y campos de prisioneros, siendo "Villa Marista" el Gulag caribeño.




O sea del Batisterismo pro norteamericano se había pasado a un Castrismo pro soviético, por ende un sistema totalitario y autocrático que difícilmente tenía poco que diferenciarse de grandes despotismos sean estos de izquierda o de derecha. Tales conductas ponían a Cuba, antes ejemplo de libertad, a la par de régimenes como el de Franco en España, que cercano al fascismo mantuvo a toda una sociedad bajo su control, reprimiéndola y paralizándola ante los cambios del mundo, pero por motivos ideológicamente opuestos, pues si para el franquismo la excusa para la falta de libertades era "la conspiración masónica y marxista mundial ", la justificación de la dictadura comunista en el castrismo es "el bloqueo y la permanente agresión norteamericana".

El vivir bajo ese permanente estado de control policial y con chantaje ideológico encima (“si te opones eres traidor”, “si no estas con nosotros estás contra nosotros” etc.) típico de gobiernos cerrados, explicarían el surgimiento de un fenómeno social y político, inocultable para la revolución cubana: Los Balseros, cientos de miles de personas que hartas o asustadas de su realidad presente y preocupados por su futuro, se lanzan al mar a arriesgar la vida para abandonar su isla natal. Convirtiéndose en la peor imagen que pudo mostrar al mundo la revolución cubana.





Pero ni aún con esto, la Revolución Cubana cambiaría su orientación política-ideológica ni la forma de entender o aplicar las libertades, pues la lucha contra los Estados Unidos seguiría marcando la pauta del cómo, cuándo y los por qué de ése tema. Al respecto Castro dejó claro en 2006 esa concepción al decir en una larga entrevista al periodista español Ignacio Ramonet, que "En una plaza sitiada la disidencia es Traición" (Véase: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=31861), frase contundente que refleja que ya quedaba muy poco de romanticismo y nada de mitología en la Cuba revolucionaria.




Esa idea extremista tal vez daba sus frutos en un mundo bipolar, donde la confrontación este-oeste del capitalismo norteamericano y el comunismo soviético permitían y justificaban cualquier tipo de barbaridades, disparates y crueldades porque había una guerra, la “guerra fría”



Pero el fin de ese conflicto, fue también el fin de la excusas.

Ya es lugar común decir que con el colapso de la URSS Cuba se quedó sola en el mundo y perdió el mil millonario subsidio que le daban los rusos, pero poco se analiza con lo que paso en los años inmediatamente antes de esa soledad y esa crisis.

Cuando Gorvachov inició sus famosas Perestoika y Glasnot, intentó en vano que esas ideas se aceptaran en su país y también en Europa del este. Los llamados miembros del “ala dura” pensaban que más libertades individuales en lo político, transparencia informativa y apertura privada en lo económico eran una “traición al socialismo” y una vuelta a antes 1917. Pues el mismo rechazo que encontró en la Alemania de Honecker y la Rumania de Ceauşescu, vino a encontrar en la Cuba de Fidel Castro.

Fidel apeló astutamente a las diferencias entre cada país (la URSS y Cuba) y sorprendentemente al “respeto a la soberanía” para que dejaran a Cuba tranquila si la Unión Soviética decidía democratizarse:

“¿No parece verdaderamente absurdo pretender —como hacen algunas personas en el extranjero— que nosotros le apliquemos a un país de 10 millones de habitantes las fórmulas que hay que aplicar en un país de 285 millones de habitantes, o que a un país de 110 000 kilómetros cuadrados le apliquemos las fórmulas para la construcción del socialismo que tiene que aplicar un país de 22 millones de kilómetros cuadrados? Cualquiera comprende que es un absurdo, cualquiera comprende que es una locura, como sería una locura pretender que nuestras fórmulas fuesen aplicables a un país gigantesco como es la Unión Soviética. (…) “Hay algo más, si un país socialista quiere construir el capitalismo
tenemos que respetar su derecho a construir el capitalismo, no podemos
interferirlo, del mismo modo que exigimos que nadie tiene derecho a interferir
la decisión soberana de cualquier país capitalista o semicapitalista del mundo
desarrollado o del mundo subdesarrollado de construir el socialismo. De manera
que el principio de respeto irrestricto a la voluntad soberana de cada pueblo y
de cada país es una regla de oro de los principios del marxismo-leninismo
(APLAUSOS)”
Discurso de Fidel Castro durante la Visita de Gorbachov a la Habana,
4 de abril de 1989 (véase el discurso completo en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1989/esp/f040489e.html
)

Estos conceptos nada tenían ya de revolucionarios, sino más bien de muy reaccionarios, porque Cuba se alineaba entonces con los que precisamente no querían “cambios” sino más bien “mantener” el sistema, el status quo que precisamente Fidel Castro representaba.


Mientras el mundo vio en 1989 como en Alemania caía el muro de Berlín y en Rumania derrocaban a la fuerza al comunismo, Fidel Castro prefirió observar como en Pekín los tanques chinos aplastaban la rebelión de los estudiantes en Tian'anmen, y tras el colapso de su antiguo aliado socialista; se acerca ahora a China (antes criticada por él cuando se dio el conflicto chino-soviético) y firma un acuerdo comercial con ellos por 500 millones de dólares. Cuba se llenará de muchas bicicletas y del método “chino”: Férreo control político del Partido único, pero inversión privada extranjera muy abierta y liberal para que la economía flote y prospere. El Turismo será la baza principal para ese llamado “período especial” donde más que continuar, lo que se busca es que el socialismo cubano sobreviva.


Y tal cual como cuando Franco en España, “Cuba era diferente”, millones de turistas decidieron conocer las bellezas y los encantos de la gente y la isla cubana, motivados en gran parte por la curiosidad y el raro exotismo que daba él último bastión del comunismo en occidente y la guerra fría. Nunca como antes ser rebelde era tan rentable y económicamente muy beneficioso. Beneficio que se acrecentaba porque nuevamente Cuba se quedaba sola, ahora sí literalmente sola frente a los Estados Unidos, y el temible ataque del norte –que nunca se dio- sirvió para hacer llamativo ese destino turístico.

Pero a diferencia de los años 60 la soledad de Cuba frente a los Estados Unidos, no se tradujo en la región con un nuevo aislamiento regional. Todo lo contrario: casi todos los países de América Latina mantuvieron relaciones diplomáticas con Cuba y Fidel Castro fue invitado a la primera cumbre iberoamericana de Guadalajara en 1991.

Lentamente se hizo común “aceptar” y “tolerar” como algo “común” el gobierno castrista en Cuba, al punto que nada de raro tenía que presidentes o políticos de derecha fueran a la Habana, se entrevistaran y fotografiaran con Fidel Castro. Muchos países del mundo, sobretodo europeos seguirían mostrando sus simpatías hacia Cuba y Castro porque ahora más que nunca Fidel era visto como una figura apacible y bonachón de “el viejito simpaticón” de la Habana. Fenómeno que sin duda contribuyó a crear un ambiente de distensión interna que en 1998 permitió un hito histórico sin precedentes: La visita de Juan Pablo II a la isla, o sea el último reducto del comunismo en el mundo occidental era visitado por aquél que había dado inicio hace 20 años el ánimo para hundir el bastión del comunismo en la Europa oriental. Tras la visita, que no causó una repercusión como la Polonia en 1978, mucho se habló de que Cuba y su revolución entraban en su último capitulo, el de la transición a la democracia.

Pero el “capitulo final” de la Revolución cubana lo darían los fenómenos y personajes externos.

El retorno pacifico y electoral de la izquierda a la vida política en América Latina en los años ’80 y sobre todo los ‘90, les permitió lentamente llegar al poder, pero curiosamente esa vía tan diferente a la que propugnaba a la revolución cubana, pareció darle un inesperado impulso a Cuba (o a su modelo) como base a un “modelo alternativo de sociedad” que no estuviera enfocado en el neoliberalismo ni aceptando a los Estado Unidos como eje rector del hemisferio. A su vez una fuerte corriente neo conservadora, también en esos años y que toma la economía de mercado como base para hacer triunfar o estabilizar las libertades políticas del ciudadano a costa de la disminución del papel del Estado, ha venido afianzándose en el hemisferio tras la era Reagan en Estados Unidos y los sucesivos ejemplos reformistas en Argentina y México hechos con cierto éxito. Este último modelo ve a Cuba como el “modelo fracasado a superar” y plantea aceptar sin trapujos la globalización como un fin de las barreras nacionales que por defender soberanía condenan a la región a estar atrasados frente a economías y sociedades como la norteamericana o la europea. Como se ve, dos modelos contrapuestos se enfrentarán a fines del siglo XX y principios del XXI en América Latina.

Asimismo dos figuras externas marcarían la vida de Cuba en estos años quizás como El Che, Kennedy o Kruschev (también personajes extranjeros) marcaron otras etapas de la vida cubana. Sucede que entre 1999 y 2001 dos figuras antagónicas, geográfica e ideológicamente se enfocarán sobre Cuba, como caras visibles (y extremistas) de las dos concepciones antes descritas. Hablamos de Hugo Chávez, el presidente venezolano de izquierda radical que asume el poder en 1999 y George W Bush, mandatario estadounidense que el 2001 se inaugura en el cargo como máximo exponente del neo conservadurismo norteamericano.




Chávez fue el primero en centrarse sobre Cuba: reconociendo una profunda y a veces extraña devoción por Fidel Castro, usa el importante poder económico del petróleo para apoyar a Cuba, subsidiándole combustibles y dándoles créditos preferenciales a la Isla que la ayudan a superar las dificultades del “periodo especial” que hubo tras el colapso soviético. Esta ayuda parece exaltar la posibilidad de “reintentar” la revolución en América Latina y despierta los entusiasmos (y también los extremismos) de muchos en la lucha contra el sistema capitalista, las oligarquías nacionales y sobre todo el control o predominio norteamericano en la región. Al menos en palabras, con la retórica y el lenguaje usado en los discursos, parte del espíritu de los años ’60 reverdeció con el apoyo económico-petrolero de Chávez a la Cuba de Fidel.

Pero de la acera de enfrente, se encontraba el todavía principal poder del Hemisferio, y que desde 1991 era la única súper potencia global, los Estados Unidos. Gobernado por George W. Bush, un fundamentalista religioso, de una familia de duros republicanos fieles creyentes en un Estados Unidos fuerte e intervencionistas a nivel internacional y partidario irrestricto del libre mercado dentro y fuera de sus fronteras. Bush le debía mucho al electorado cubano, exiliado en la Florida, en las polémicas elecciones presidenciales de 2000, y haría saber su agradecimiento a lo largo de su mandato. Cuando en el preciso año 2001 Estados Unidos sufre su mayor y peor ataque terrorista en su historia, las alarmas se disparan y bajo la consigna de la seguridad nacional Bush y sus neo conservadores dirigirán una cruzada mundial llamada la “guerra contra el terrorismo” donde las potenciales amenazas serán atacadas, pero también los tradicionales enemigos de los Estados Unidos son puestos en la mira… Cuba es uno de ellos, al menos en la encendida retórica.

Paralelamente en el mismo año 2001 la revolución chavista que se realiza en Venezuela se radicaliza aún más, agravando la polarización política entre los venezolanos, que llegará a su clímax de confrontación en el 2002 con un golpe y contragolpe de estado y un largo paro petrolero. En medio del calor del enfrentamiento político cada bando saca a relucir la vinculación de Cuba en la vida política Venezolana: mientras Chávez y sus seguidores afirman que Venezuela irá al mismo “mar de la felicidad” que vive Cuba, los opositores condena la “cubanización” del país. Así, pues mientras el chavismo ve a Cuba como el ejemplo de “dignidad latinoamericana”, el anti chavismo lo ve como un país atrasado y oprimido por el “castro-comunismo”, lo que genera encendidos debates, agrias polémicas y duros enfrentamientos, (que no se veían desde los años ’60) que tuvieron su momento más álgido en el intento de asalto de la embajada cubana en Caracas en abril del 2002 por unos enardecidos opositores anti chavistas.



Cuba necesita encarecidamente el petróleo y el subsidio económico venezolano,
razón por la cual se va involucrando con el gobierno chavista, mandándole médicos y alfabetizadores para programas sociales en Venezuela llamados “misiones”. Fidel Castro va uniendo cada vez más la suerte de su país – y su revolución- a la de Venezuela, a medida que éste último país formaliza su radical oposición a los Estados Unidos.

Parecen reverdecer en teoría (y sobre todo por el lenguaje) los años de pugna con el imperialismo norteamericano y la búsqueda de una nueva utopia anti-burguesa y anti-capitalista, pero ahora no por las armas sino – ¡quién lo dijera!- por los votos. Lula da Silva en Brasil y Evo Morales en Bolivia, viejos aliados de Cuba en el Foro de Sao Paulo ganan el poder entre 2002 y 2003 y es inminente el crecimiento electoral de los sandinistas en Nicaragua, los del FMLN en el Salvador y el Frente Amplio uruguayo, (éste último llegará al poder en el 2004)

Es entonces cuando Cuba y Fidel Castro se sienten fortalecidos, lo suficientemente seguros para… dar vuelta atrás a los cambios muy tímidos que había vivido la isla tras el colapso soviético. Y es así que con el apoyo económico venezolano y un vecindario más afín y menos hostil, Cuba vuelve a reafirmar el control del Estado en áreas antes aperturadas como el turismo.... y lo más grave: aprieta las tuercas de la represión contra la disidencia interna, a raíz del secuestro frustrado de un barco por personas que intentaba escapar de la Isla.






El hecho permitió el endurecimiento de la represión, ya que se alegaba en Cuba que tras la invasión a Irak por parte de los Estados Unidos, era posible que Bush estuviera dispuesto a todo, ya que le debía enormes favores al exilio cubano en Miami y allí había habido manifestaciones anti castristas pidiendo una invasión a la isla. Y ante ese temor infundado o no, se fusiló a los 3 hombres que intentaron secuestrar el barco, y de pasó se encarceló a 75 opositores entre periodistas y dirigentes. (Y ya antes se había declarado “intocable” e “inmodificable” el sistema socialista en la Isla, desarmando la propuesta pacifica, legal y electoral del “Proyecto Varela”, hecho por la oposición interna que recogió 11 mil firmas para convocar un referéndum que agilizaran cambios democráticos en Cuba a través de su propia constitución)

La conmoción fue mundial.

Ya no había guerra fría que justificara tales excesos. Y Cuba, había vuelto a mostrar el lado totalitario, brutal y represivo que se suponía nunca su revolución libertaria no debía dar… Y al que se suponía su revolución pondría fin al tumbar a Batista.

Los fusilamientos pusieron en evidencia que Cuba era simplemente una dictadura, que tal cual como otro régimen despótico, la oposición no sería tolerada en un momento de crisis y desafiar al orden establecido (sea revolucionario o reaccionario) se pagaba con la vida, con tortura o con presidios.
(Véase: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2977000/2977603.stm )

Los fusilamientos como expresión de una pena política y en un país del mundo occidental, siempre se han visto como un hecho desproporcionado y condenable, que por su dureza y brutalidad despiertan el rechazo del mismo mundo occidental, y tal cual como en su momento despertaron los que hiciera Franco en España (el proceso de Burgos o los de 1975) los que hizo Fidel Castro en Cuba, terminaron de marcar el punto de inflexión final de la revolución-dictadura cubana. Y precisamente de España, país que sabía justamente qué significaban fusilamientos en su vida política, es de donde vendrá la muestra más clara de cómo pareció agotarse el romanticismo y la mitología a favor de la revolución cubana, cuando en el año 2003 llegarán por primer vez duras y críticas al régimen de Castro, por parte del sector artístico y cultural de la península que durante largo tiempo mantuvo su simpatía por Cuba y su revolución tanto como la que había en América Latina.

Los artistas e intelectuales españoles fueron claros al recordar ante un aumento de la represión política que: "Basta ya de escudarse en las atrocidades del enemigo para cometer impunemente las propias", O sea el Bloqueo-embargo norteamericano ya no podía ser la excusa universal y asimismo la lealtad ideología no podía disculpa denunciar la verdad pues: "Las injusticias y los crímenes contra la humanidad han de ser denunciados por los ciudadanos, vengan de donde vengan y los cometan quienes los cometan"
(véase: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2982000/2982313.stm)

Hasta el escritor portugués, Premio Nobel de literatura (y filiación comunista) José Saramago fue durísimo en su ataque, llegando incluso ha hablar de una ruptura entre él y el régimen cubano: “Cuba no ha ganado ninguna heroica batalla fusilando a esos tres hombres, pero sí ha perdido mi confianza, ha dañado mis esperanzas, ha defraudado mis ilusiones. Hasta aquí he llegado”
(Véase: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2946000/2946683.stm)



Finalmente el filósofo Fernando Savater fue más específico al señalar que la postura española frente a cuba se debía a que: "Mucha gente veía a Fidel Castro como a una especie de Franco de izquierdas, y como mucha gente en España seguía soñando con Franco, pero no le gustaba un Franco de derechas, pues veía en Castro a un Franco de izquierdas que sí era aceptable y hasta positivo" rematando que por eso mismo: "Igual que consideramos que hay que luchar contra una guerra injustificada y contra un atropello al derecho como es la guerra en Irak, de la misma manera hay que protestar contra el constante atropello a los derechos que es el régimen cubano"
(Véase: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2985000/2985077.stm)

Estas ideas las sintetizó y clarificó aún mejor en un brillante artículo que revela con su titulo, (“Franco en el Caribe”) la complejidad y gravedad del fin de la magia, el romanticismo y la epopeya con Cuba y su revolución, que finalmente los tiempos habían cambiado y no valían las excusas político-sentimentalistas de antes:


“(…) Fue comprensible allá por los años sesenta que la mentalidad de izquierdas simpatizase con los inicios de la revolución cubana, hasta que resultó inequívoca su deriva hacia el totalitarismo soviético. Incluso bastante después, resultó humanamente justificable que quienes vivían en países latinoamericanos cuyas posibilidades democráticas estaban permanentemente cortocircuitadas por dictaduras militares alentadas desde Estados Unidos, siguieran disfrutando desde lejos el castrismo como una especie de revancha contra sus opresores. ¡Pero todavía hoy, en el siglo XXI, cuando ya nadie salvo los obnubilados o los cómplices ignoran no sólo que la dictadura castrista encarcela y asesina, sino que el bloqueo
estadounidense es la coartada justificatoria y no la causa del fracaso económico del monocultivo impuesto por decreto...! ¡Cuando ahora resulta insultante para los pueblos americanos que se intente justificar desde Europa la pérdida de libertades en Cuba en nombre de sus logros en educación o sanidad, como si estos no existieran en otras latitudes acompañados de todas las libertades políticas! (…)”
(Publicado en la Revista “Viva”, Diario El Clarín, Buenos Aires-Argentina 13/7/2003)

Y precisamente esa podría ser la nota final a este post sobre el 50 aniversario de una revolución que captó la imaginación y esperanza de todo un sub continente y que hoy aún genera fuertes pasiones y polémicas, por los resultados tan antagónicos y dispares que ha generado: Independencia frente los Estados Unidos, pero dependencia frente a la URSS; marcó el fin de una típica dictadura militar caudillista pero estableció un autoritario gobierno centralizado de partido único; y sobre todo logró brindar educación, salud, cultura y deportes para todos pero ausencia de libertad individual, de expresión y de organización política, para todo aquél que quisiera plantear una opción distinta e independiente del Estado controlado por el partido comunista, a su vez dirigido con mano de hierro por Fidel Castro.

¿Un futuro a 50 años?
Cincuenta años son mucho tiempo para un proceso político en América Latina, y aunque quizás sea poco comparado con otros lugares del mundo (Europa y Asia) en nuestra región llegar a los 50 es un gran logro precisamente no por longevidad en si misma, sino por lo contrario: la hazana de sobrevivir a la inmediatez y la inestabilidad que caracteriza a Latinoamérica y hace que los procesos tengan vidas limitadas a 10 ó 15 años como promedio, de 15 a 25 como máximo y más allá de los 25 años como la excepción.


Dentro de los que entran al caso de “la excepción” se perfila el caso cubano como uno de los más sobresalientes, porque llega allí como casi todos los procesos: con claros y evidente signos de agotamiento. Si bien la llamada anti política carcomió los cimientos de las diversas democracias latinoamericanas, amén del burocratismo estatista de un lado y el neoliberalismo por orto, no fueron los únicos sistemas políticos que el fin del siglo (el XX) presentaron crisis. En el caso cubano se ve y se nota la Política (así, a secas) terminó de mostrarse completamente para terminar imponiendo cambios en la Isla.

Ciertamente la caída de la URSS puso en jaque a la Cuba castrista, pero fue a inicios del siglo XXI que se escribió – a todas luces- el que es en definitiva el verdadero capitulo final de la revolución cubana, cuando su principal fortaleza, mostró sus debilidades: Fidel Castro, el símbolo de la revolución y la representación del poder se desmayó primero acto público y finalmente se cayó en otro, así dejó entrever que el “coloso de Sierra Maestra”, era tan vulnerable como cualquier otro mortal, y que la presencia eterna del líder de la revolución no era más que una ilusión, que inevitablemente no estaría siempre en el poder. Finalmente tras regresar de un acto en Argentina (curiosamente de Rosario, la ciudad natal del Ché Guervara) Fidel hubo de someterse a una operación, cuya convalecía finalmente lo hizo separar del poder. Esa sería la última vez que se presentaría ante las multitudes latinoamericanas, y la última vez que se le vería con su inefable uniforme verde oliva.

La salud hizo su trabajo y la edad obligó a darle paso a un cambio, tímido, pero visible. Así pues un régimen profundamente centralizado y que depende del peso que ejerce ya sea con carisma y autoridad, su líder máximo, empieza a mostrar signos de crisis, cuando el mismo líder ya no puede ejercer su liderazgo. Asimismo la ausencia de renovación de los cuadros dirigentes convertidos en una gerontocracia burocrática, acompañada de las crecientes demandas de sectores sociales (entre ellos el juvenil-estudiantil) que no se ven satisfechas por las políticas implementadas, llevaron a Cuba a implementar tímidos cambios.

A 50 años de su revolución, corresponde a las nuevas generaciones cubanas, hijas y nietas de esta revolución, realizar en su siglo su propia revolución, la que de verdad satisfaga sus expectativas y deseos de cambio, que el cincuentenario proceso, por envejecido, ya no puede dar.

Hoy indudablemente por eso hay una transición en Cuba, realizada nada más y nada menos que por Raúl, el hermano de Fidel Castro, conocido por una aparente fama de duro, radical e inflexible, que precisamente desde el poder ha mostrado todo lo contrario: permitió la expresión de las quejas de los jóvenes estudiantes cubanos, manifestó su rechazo al “igualitarismo” a tabla rasa que ha imperado en Cuba y ha permitido que por fin los cubanos puedan comparar bienes a eso se le sumo la Descentralización de la agricultura, el Acceso a hoteles y alquiler de autos, acceso a teléfonos celulares y la agilización de trámites de propiedad de viviendas.

(Véase:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7227000/7227977.stm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_7517000/7517785.stm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7449000/7449705.stm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7347000/7347424.stm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7343000/7343939.stm )

Son unos cambios muy tímidos, pero espectaculares en comparación con los 47 años de gobierno de Fidel Castro, donde esas cuantas cosas eran impensables e intolerables… razón por la cual Fidel, quien todavía escribe en el Granma, critica veladamente esas medidas, por considéralas contrarias al “espíritu de la revolución”. ¿A dónde irá esta transición? Tocará a la Historia responderlo. Lo cierto es que sin Fidel, ya no hay revolución cubana, en el sentido clásico de la frase. Él fue su creador y principal impulsor, como tal fue el símbolo viviente: el Quijote de la Sierra Maestra que derribó los molinos de la dictadura batistera y el David del Caribe que retó al poderoso Goliath norteamericano. Salió ileso de cientos de complots y atentados, y se convirtió en un notorio líder del tercer mundo. Fue un mito viviente, y sin él, la revolución cubana pierde toda la poca magia y el contendido que le pueden quedar, pues como él no hay un “revolucionario modelo”.




Para el resto de los latinoamericanos, (y quizás del mundo) esta revolución quizás siga viviendo 50 años más, captando como ha hecho la imaginación y las pasiones de quienes se acercan a ella a comprenderla, para así, según sus preferencias, alabarla o condenarla. Pero a 50 años de su triunfo, la revolución cubana, que marcó literalmente el siglo XX latinoamericano en un parte aguas, un antes y después, y como todo ciclo, tras su origen y desarrollo, ahora está marcando sus pasos finales. Ya no puede ofrecer más porvenir porque sólo vive de sus leyendas y hazañas pasadas y cuando sólo se vive del ayer, ya sencillamente no queda futuro. Y es 50 años en América Latina es demasiado tiempo.

Nuevamente, como siempre, los hombres y mujeres que hacen la Historia tendrán la última palabra.


¡Gracias por leerme!


Dantesol

lunes, 2 de febrero de 2009

10 años de Chavismo

Que un presidente en Venezuela llegará a los 10 años gobernando no tiene en sí nada de especial, más cuando en la Historia venezolana han habido otros presidentes que gobernaron mucho más que una década.

Incluso que sea un presidente democráticamente electo el que llegue a 10 años, no es novedad. Ya Rafael Caldera había logrado en el siglo XX ser el primer presidente de la Historia venezolana en gobernar esa cantidad de años de manera legal, pacifica y democrática al ser gobernante en los años 1969-1974 y 1994-1999. Todo un logro en un país dominado por caudillos y dictadores.


La novedad que hace que hagamos este simple comentario la da Hugo Chávez, quien no sólo es el primer presidente elegido democráticamente que gobierna los 10 años seguidos (Caldera lo hizo en períodos separados), sino que se llega a una década en el poder dentro de un clima de agria y profunda polarización política y en medio del intento de apliacación de un proyecto ideológico todovia no muy claro: el Socialismo del siglo XXI o el Socialismo bolivariano, elementos que se traducen o se manifiestan por establecer una dinámica donde se han roto esquemas, formas y maneras y se ha generando incesanente polémica al paso de este período y su persojane central, haciendo casi imposible encontrar neutralidad o indeferencia ante este fenómeno y figura principal.


No pretenderemos en estas brevísimas líneas analizar ni mucho menos interpretar el paso de estos 10 años, porque sorprendentemente, esa cantidad de años, que es más o menos "algo de tiempo" en los niveles cronológicos de Venezuela o Latinoamarica, resulta que es poco tiempo para todavia analizar desapasionadamente y lo más objetivamente posible esta etapa y a este personaje, más y cuando las pasiones que despierta -a favor y en su contra- la figura de Hugo Chávez siguen latentes dentro y fuera de Venezuela.


Indiscutiblemente es este un personaje y una etapa que han marcado la evolución Histórica contemporánea de Venezuela, y según algunas visiones de América Latina. Aún no sabemos si el impacto, la influencia y las perspectivas de consecuencias de lo que se ve ahora como el "fenomeno chavista" marque decisivamente el resto del siglo XXI para los venezolanos y los latinoamericanos, eso es algo que la Historia definirá en su paso, cuando los hombres, que son sus autores y también sus protagonistas, entiendan que cada vez más, está en sus manos decidir su destino, decidir qué quieren y si aceptan o no darle continuidad a persojanes y etapas, y escribir nuevos capitulos de su propia Historia.

¡Gracias por leerme!

Dantesol



Para saber más:

He aquí algunos especiales sobre el tema:

Medios internacionales y Wikipedia:




Medios oficiales de Venezuela:




Medios privados e independientes de Venezuela:


domingo, 25 de enero de 2009

¡¡¡HACE UN AÑO!!!


Una imagen vale más que mil palabras, y en este caso es totalmente cierto: Hace un año nos graduábamos como Licenciado en Historia bajo las nubes de Calder en el Aula Magna de la UCV. Una inmensa alegría y una total satisfacción nos invadía al tener finalmente nuestro título y nuestra medalla.



El largo camino emprendido como un bachiller en Humanidades finalmente se coronó con éxito, al egresar como el puesto N° 1 de mi promoción "50 años de la Democracia Venezolana".

Ahora es cuando el compromiso es grande y el deseo de hacer Historia, también, por lo que estos pequeños avances nos motiva a seguir adelante en nuestros espacios académicos y profesionales.

Esperamos hacerlo bien

¡¡¡Gracias por leerme!!!

Dantesol

sábado, 24 de enero de 2009

50 años de la Revolución Cubana, un Análisis (II)

Continuamos con nuestro análisis sobre el cincuentenario de la Revolución Cubana...



El Clímax de una epopeya

Resulta que con Cuba, con la revolución cubana faltaba algo: era el plano y el contexto internacional.

Y así fue: finalmente el quijote de la Habana se terminaría convirtiendo en el David del Caribe, pues cuando decidió desafiar y retar al poder del gran hegemón y poder del hemisferio: Los Estados Unidos de América, que por más de medio siglo estaba acostumbrado a tratar con Latinoamérica y especialmente Cuba con mucha insolencia, la Revolución cubana alcanzó cotas de mitología, al convertirse de hecho en el representante de toda la historia y los sentimientos latinoamericanos.

Se suponía que al desafiar al poder de los Estados Unidos, Cuba sería nuevamente invadida y castigada con facilidad por el gigante del norte, y el proceso iba a desaparecer muy pronto como todas las iniciativas que buscaban confrontación con los intereses norteamericanos: Gallegos en Venezuela (1948) Arias en Panamá (1951) o Arbenz en Guatemala (1954) o vendrían invasiones como las de Nicaragua (1912-1925, 1926-1933), Haití (1914, 1915-1934), Honduras (1907, 1911-1912, 1919, 1924-25), República Dominicana (1904, 1914, 1916-1924) o la misma Cuba (1906-1909, 1917-1922, 1933) Esa había sido hasta entonces la Historia de Latinoamérica frente a EEUU, y se suponía que Cuba iba para allá.

No sucedió así.

Castro hábilmente presintió el peligro y para no ser víctima de la constante histórica aceptó la amistad y la ayuda del único país del mundo que podía socorrerle y protegerle: La Unión Soviética, el único rival de peso frente a Estados Unidos. Aprovechando eso y sobretodo el fuerte sentimiento popular cubano contra las actitudes arrogantes de Norteamérica y el claro apoyo de muchísimos latinoamericanos hartos de humillaciones e invasiones de EEUU, Castro se zafó de la influencia estadounidense y le plantó en cara el desafío a tan solo 94 millas de su frontera, sin que las acciones promovidas en contra (como la invasión de Bahía de Cochinos y el Bloqueo-embargo) hayan dado resultado. Seguramente para la mayoría de los Iberoamericanos, el carácter sentimental de ese gesto pasó a la Historia: por fin un pequeño David latino le daba senda pedrada al soberbio Goliat anglosajón... y quedaba impune.
De hecho Cuba entra de lleno en la Historia Universal no tanto por su revolución, sino por una de las consecuencia de la misma, posiblemente la más famosa: ser el escenario del capitulo quizás más álgido y delicado de todo el período de la Guerra Fría, la crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962, que puso al mundo no sólo al borde de una III guerra mundial, sino del total exterminio con un Apocalipsis nuclear entre las súper-potencias. El hecho de ser el sitio focal de los acontecimientos y pese a la gravedad del asunto, sobrevivir a una inminente invasión o destrucción –literal- de la Isla por parte de los Estados Unidos, le dan a Cuba y a su líder Castro una poderosa, poderosísima fama, prestigio y popularidad ante el mundo, que lo harán más conocido que nunca.



Los triunfos iniciales de Cuba sirvieron para hacer explotar -casi literalmente- a la América Latina en una ola revolucionara inédita y aún hoy no superada donde la región se convirtió en el campo de un gran experimento libertario: la época de las guerrillas. Era el clímax de la epopeya de la Sierra Maestra llevado a gran escala. El impulso rebelde de la juventud que en los años 60 se vería en Europa y Norteamérica con los Beatles, los Hippies, las drogas, el sexo libre y las protestas, sobretodo en el año '68, tuvo en Latinoamérica su antecedente durante la primera mitad de esa década. A la cabeza del proceso Fidel, y con el Che Guevara como ejecutor y como un nuevo héroe romántico, los jóvenes idealistas y radicales que creían que la solución de los problemas podía ser inmediata y que en vez del pensamiento y la palabra era mejor la acción y sobretodo la acción armada, crearon un dogma: era posible tomar el cielo por asalto, era posible acabar con dictadores y oligarquía y era posible hacer una sociedad justa y nueva sin temor a nada ya que los norteamericanos no eran invencibles ni invulnerables, y ahí estaba Cuba (y Vietnam) para probarlo.

Las opiniones se polarizan más aquí, pues si ya la Revolución Cubana genera encontronazos, hablar de las guerrillas de los años ’60 del siglo XX es tocar un punto mutuamente doloroso para todos los protagonistas que la vivieron. Casi todo el sub continente latinoamericano se estremeció en esta lucha, que se vería como un capitulo más del global conflicto que enfrentaba a la Unión Soviética y los Estados Unidos (la guerra fría) y que dejó solo en el escenario cientos de policías y militares muertos por un lado, y miles de estudiantes, sindicalistas, periodistas o simples militantes políticos por otro lado, muertos o sencillamente “desaparecidos”, aparte de generar el fin de muchas democracias y el nacimiento de terribles dictaduras. Esa desgarradora lucha aún genera sensible confrontación entre quienes sobrevivieron a su paso, por tanto tal enfrentamiento no sólo generó la radicalización de la política sino la ruptura en algunos casos, de la convivencia social, pues a la actitud “ultra” de los guerrilleros vino la respuesta de la “guerra sucia” de los militares y el status quo, dejando entonces en el medio de cada país a cientos de miles de familias de ambos bandos con mucho muertos a quienes llorar.

Muchos culpan con facilidad de todo esto a Castro y su revolución, otros nada más apuntan las responsabilidades a los militares, las dictaduras o más directamente a los Estados Unidos, cuando en todo caso cada uno de los protagonistas de los hechos guardan una responsabilidad clara por haber sido precisamente eso: protagonistas de los hechos históricos.

Y a la luz de la Historia, el periodo de las guerrillas se cerró tal como empezó: inesperada y románticamente. Empezó con un grupo de idealistas armados en la Sierra Maestra cubana y terminó con otro grupo de utópicos en las montañas de Bolivia, y así como nadie sabía quién sería Fidel Castro y lo que haría, nadie esperaba que el Ché Guevara fuera derrotado y asesinado… y lo que ello significaría.





Nacería un mito, cierto, un nuevo Lord Bayron muy poderoso en la mente y el simbolismo de los que querian –y creerían- ver en la revolución como la mejor vía, pero moriría el hecho histórico, las guerrillas. A partir de 1967 en todo el continente las guerrillas ya no podrían articularse y actuar como una fuerza efectiva. En Venezuela, por ejemplo, para esos años el mismo Partido Comunista empieza a abandonar la lucha, pese a las críticas –e insultos- de Fidel.




Todos los demás remanentes fracasaron o eventualmente fracasarían en Sudamérica: Montoneros y ERP en Argentina, Tupamaros en Uruguay, La ALN en Brasil, El MIR y el Frente Manuel Rodríguez en Chile, el MRTA y Sendero Luminoso en Perú, y por supuesto las FARC y el ELN en Colombia.

El Fracaso de la vía armada abrió precisamente el retorno del camino de las vías pacificas, legales y electorales tan condenas por Fidel y el Che en la Tricontinental de la Habana. El triunfo de Allende en Chile 1970, fue histórico por eso. Y aunque la Unidad Popular y el experimento chileno caerían en 1973, no por eso la vía se “cerró para siempre”. Aproximadamente 20 años después la izquierda volvería a ocupar posiciones de poder precisamente por esa vía: el caso del PRD mexicano, el Frente Amplio Uruguayo y el PT de Brasil.


Hay que agregar que sólo en Centroamérica, por el particularismo y los antecedentes de sus luchas, las guerrillas representadas en el nicaragüense Frente sandinista, el Frente Farabundo Marti del Salvador y la Unión revolucionaria guatemalteca, segarían dándole vida al ideal del “guerrillero heroico” y el “cielo por asalto”, y que finalmente lograrían en 1979 su primer y único triunfo: La Revolución Sandinista, que acabó la larguísima tiranía dinástica de los Somoza y sería la 2º revolución marxista exitosa en Latinoamérica. Esa misma revolución (que llego al poder 20 años después del triunfo de Castro y el Che en la Habana) es la única en Latinoamérica que se puede considerar realmente “heredera” o consecuencia directa de la Cuba ya que contó con la más total y abierta colaboración de ella durante su desarrollo y en los enfrentamientos que tendría luego con los Estados Unidos hasta 1990.



Pero precisamente el caso de Centroamérica, por único se convirtió en la excepción que confirma la regla, ya que la izquierda que hoy manda y está en el poder no lo hizo por una revolución armada y guerrillera.


(Continuamos proximamente)
¡Gracias por leerme!

Dantesol

domingo, 18 de enero de 2009

50 años de la Revolución Cubana, un Análisis (I)






Finalmente dispongo del tiempo para dar cumplimiento a mi prometido análisis sobre el cincuentenario triunfo de la Revolución Cubana. Por su extensión será un texto en varias entregas. Más allá de la mera descripción cronológica, mi humilde aporte es cumplir con la labor del historiador ante las conmemoraciones: brindar un análisis crítico del evento y sus significados, ofreciendo a su vez interpretación eficiente de los origenes, el desarrollo, el contexto y las consecuencias del suceso histórico a fin de dar al lector promedio, quizás no familiarizado con un punto de vista acádemico, una perspectiva alejada de la propaganda (sea la alabanza o la condena) y que englobe en forma de sintesis las diversas versiones de los hechos, para aydar a que cada persona que se acerque a estas líneas, pueda formarse una opinión más centrada y equilibrada frente a los extremismos y las exageraciones.





Tierra de revoluciones

Para América Latina no eran nuevas las revoluciones, muchas fueran así llamadas cuando en verdad eran comunes golpes de estado o simples guerras civiles. Pero cuando hablamos de Revoluciones como sinónimo de procesos que generan hondos e importantes cambios, apenas nos referimos a un puñado de casos, que cronológicamente pueden ser visto como antecedentes del caso cubano: el primero está en 1910 ocurre la Revolución Mexicana, quizás igual de famosa y conocida que la cubana con figuras como Emiliano Zapata y Pancho Villa, la cual sentó las bases para el predominio de 70 años del PRI. Tras su estabilización en 1920, México se convertiría en punta de lanza de cosas innovadoras en Latinoamérica: laicismo, educación popular, reforma agraria, sindicalismo en masa, nacionalización petrolera y apoyo a procesos políticos como la República española (estas ultimas cosas a manos del presidente Lázaro Cárdenas) pero México sobretodo sería conocido por el predominio de un sólo partido en el control no solo del Estado sino de toda la Nación, razón por la cual algunos intelectuales llamarían al caso mexicano: "La dictadura perfecta" o en concreto Octavio Paz "El ogro filantrópico" al gigantesco Estado clientelar y autoritario en que degeneró la primera gran revolución latinoamericana del siglo XX.

También ocurrirían luego otros procesos revolucionarios como: "La revolución de octubre" de 1945 en Venezuela, liderada por Rómulo Betancourt y su partido AD, que si bien fue sólo un golpe de estado más, marcó la diferencia con anteriores por establecer el voto directo en el país, abriendo la política a las masas fijando el camino de un sistema de partidos políticos que tendría a su mayores exponentes en AD y Copei a partir de 1958 y también marcó la vocación de intervención del Estado en la economía a través de la renta petrolera. Igualmente en Costa Rica tras su guerra civil ocurrirá una revolución en 1948("La revolución del 48") que establecerá el sistema político todavía vigente de democracia representativa presidencialista , ausencia de fuerzas armadas y con los partidos PLN y PUSC alternándose en el poder, cosas que le valieron ser conocida como la "Suiza centroamericana" por la gran estabilidad y alternabilidad que gozó ese país rodeado de vecinos sometidos a crueles dictaduras, duras guerrillas o agitadas revoluciones (como la Sandinista de 1979 en Nicaragua, una heredera directa del triunfo de la Cubana en el Caribe).

El último caso, está en Sudamérica: la revolución boliviana de 1952, que liderizada por Paz Estenssoro y el MNR, puso fin al control de los llamados Barones del estaño, nacionalizó ese recurso y estableció las bases de un sistema político más justo y estable desde que el país se independizo al conceder el derecho al voto universal, la reforma agraria y la libertad sindical con La Central Obrera Boliviana (COB). Algunos también consideran "revolucionario" el periodo de Perón, tras su aclamación popular del 17 de octubre de 1945 (inicio del peronismo con Evita y los descamisado) y su elección presidencial de 1946, pero ya eso es más dudoso y discutible, y sin excepción nos invitaría a otro debate que no tiene que ver con el caso revolucionario clásico y el tema de Cuba que nos atañe.

Una división que no termina


El caso de Cuba, destaca porque es una revolución que se da en el contexto y una evolución diferente de ser una guerra de guerrillas, no una guerra civil formal o un golpe de estado, en donde un puñado de jóvenes casi solitarios logran con el apoyo popular vencer a un ejercito profesional y muy bien armado, apoyado y sostenido nada más y nada menos que por los Estados Unidos, la principal súper-potencia del hemisferio.


La situación no podía ser más romanticista y precisamente por eso la revolución cubana despertó en sus años iniciales -y todavía conserva para sus fieles seguidores y defensores- un aura "mágica" de romanticismo que cautiva y hechiza y crea grandes devociones. Los jóvenes "quijotes" que contra toda posibilidad vencieron a un dictador generaron una enorme euforia por el ejemplo que podían dar en el Caribe, todavía dominado por tiranos como Trujillo en Dominicana y Somoza en Nicaragua. Muchos se abalanzarían a imitar el ejemplo cubano.




Ese romanticismo no permitió ver a muchos que el caso y el modelo cubano era único y obedecía a antecedentes, contextos y procesos diferentes al del resto de la región, y seguir ese caso o más bien copiarlo generaría grandes desastres políticos, como en efecto le pasó a casi toda la izquierda en América Latina, que tras casi 60 años para consolidarse como fuerzas políticas de masas o de cuadros ya sea en áreas parlamentarias, sindicales, estudiantiles o intelectuales, de pronto se debieron pasar a convertirse en fuerzas paramilitares –las guerrillas- para terminar perdiendo los espacios conquistados por haberse radicalizado “a la cubana”. Miles serían los jóvenes que caerían por medio de la violencia promovida por ellos o por la represión de los sectores que se les opusieron, y sólo sería a finales del siglo XX que la izquierda (precisamente por la vía de la legalidad, la paz y el voto) volvería lentamente a recuperar espacios de poder.



Líderes políticos latinoamericanos como Betancourt de Venezuela, Haya de la Torre del Perú, Paz Estenssoro de Bolivia, Figueres de Costa Rica o Muñoz Marín de Puerto Rico dejaron “de ser” de izquierda como de la noche a la mañana para muchos jóvenes y otras gentes del mundo (intelectuales sobre todo), porque sus posturas antes radicales de los años ‘30, ‘40 ó ‘50 habían quedado “obsoletas y anticuadas” ante el efervescente caso cubano de los años ‘60. Ahora ser “verdaderamente” de izquierda era ser como Fidel Castro y sobretodo el Ché. No apoyarlos, implicaba estar sencillamente con “la derecha”, aún cuando toda la trayectoria política haya estado siempre a la izquierda. Y esta es una división que sigue en la mente de muchos, desde aquellos días de 1959.


Cuando muchos se percataron que el romanticismo inicial de los quijotes de la Habana, escondía más cosas, no tan buenas como el haber derrocado al dictador Batista, lo que trajo fue una división que aún hoy continúa, no solo en la tradicional dicotomía de castrismo-anticastrismo, sino en el mismo seno de lo que llamamos la Izquierda latinoamericana, pues los "barbudos" no dejaron de mostrar su lado poco amable desde que llegaron al poder, promoviendo la polarización de la sociedad cubana mediante hechos como la pronta persecución a sus opositores calificándolos con el más grave pecado que pudiera existir en Cuba: "contrarrevolucionarios", a pesar de que muchos de ellos (como Huber Matos o los jóvenes del Directorio Revolucionario), lucharon por igual contra la dictadura de Batista y por esa misma revolución.


Aquellos que no estaban de acuerdo con ese proceder, se separaron de la Revolución Cubana y de Castro, empezaron a ver que aunque se estaban promoviendo cosas justas y positivas (alfabetización, cultura, salud y deporte para todos) se había cambiado a un dictador para poner a otro solamente que más joven, con barba, carismático y muy popular. Los que por el contrario pensaron que la concentración de poder que recibía Fidel era un "pequeño precio" y que los logros valían ese sacrificio y la represión de la oposición, hoy siguen manteniendo la fe en este proceso, en ese líder... y seguramente usan una camisa del Ché Guevara. Se creó una división que hoy todavía, a 50 años de distancia, no ha terminado.


Pero si la cosa hubiese sido únicamente así, esto hubiera sido un caso más de caudillismo latinoamericano, quizás como Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, Velasco Alvarado en Ecuador o quizás Balaguer en Dominicana, no estaríamos hablando de la Revolución Cubana como la conocemos...

(Continuamos proximamente)




¡Gracias por leerme!



Dantesol

lunes, 5 de enero de 2009

Sobre el conflicto en Gaza entre Hamas e Israel


Hago una pausa en mi proyectado análisis e interpretación sobre los 50 años del triunfo de la Revolución cubana para dejar constancia de mi opinión ante un suceso que se desarrolla actualmente y es centro de atención en el mundo por lo preocupante y dramático de su evolución. Me refiero obviamente a la Ofensiva del ejercito israelí contra el grupo islámico Hamas en el territorio de Gaza, que ya en este momento ha generado más de 500 muertos y mucho más de 1000 heridos
Es una crisis que invita a una serena reflexión, porque en momentos en lo que es noticioso es lo contundente, lo escandaloso y lo llamativo, las pasiones nublan la razón del entendimiento, y por eso mismo se hace necesario, más pertinente quizás, el ofrecer análisis e interpretaciones desapasionadas que ayuden a entender mejor lo que a veces las noticias magnifican emocionalmente.
El siguiente escrito fue redactado en Julio-Agosto de 2006, cuando no tenía todavía blog y compartía mis opiniones únicamente vía e-mail con amigos y conocidos. Fue escrito cuando se produjo la llamada "guerra del sur del Líbano", cuando Israel invadió a ese país atacando al grupo Hezbolá y cuando yo trabaja como profesor de Historia en un reconocido colegio judío-venezolano de la ciudad de Caracas. A casi 3 años de su publicación tiene una sorprendente vigencia: sólo cámbiese "Líbano" por "Gaza" y "Hezbolá por Hamas" y es un texto como escrito esta misma semana.
Espero pueda ser de interés y utilidad.
¡Gracias por leerme!/ Dantesol


Mucho me han preguntado por esto porque trabajo ahora en Hebraica.
Condeno profundamente lo que esta ocurriendo en el Medio Oriente. Creo que la reacción de Israel es desproporcionada y ya rebasa el legítimo derecho a la autodefensa. Antes de continuar invito a la gente a que se documente al respecto del tema porque basta que algo se haga noticia para que todo el mundo salga a decir bravatas y por supuesto… disparates. Hay que hacer el doble esfuerzo de ubicar todo en SU CONTEXTO y revisar atentamente SUS ANTECEDENTES, pues todo hecho social debe ser examinado así antes de abordar conclusiones.

En el Medio Oriente pasa lo contrario que en Occidente en política: la gente con los años no tiende ir al centro sino a los extremos y lo que es común no es el dialogo ni el entendimiento sino la agresión y el enfrentamiento, el caso de Sharon en Israel o de Ahdmadinajad en Irán son claros ejemplos de lo que digo así como las muertes de Saddat o de Rabin. En mi humilde opinión quizá influye el hecho que en las dos religiones que privan en la zona (Judaísmo e Islam) la venganza es legítima y la retaliación es “correcta” como proceder. Siendo así, cuando una persona, un poblado o un país es atacado por un contrario se clama por justa venganza y en ese dramático plan vive el Medio Oriente desde hace cientos de años. Por unos soldados judíos secuestrados inicialmente por palestinos todo un país (El Líbano) pagó la represalia de Israel, luego que Hezbolá salió a apoyar a los sitiados en Gaza.

Israel no está haciendo una guerra, más bien es una operación de castigo. Y así pagan los justos por pecadores de la manera más monstruosa. Allí han influido elementos como la inexperiencia del nuevo ministro Ehud Olmer que desea demostrar que por nuevo no es tonto y que no se va a dejar intimidar por Hezbolá y que (mal)asesorado por los generales de la Haganá –el ejercito israelí seguramente le han dicho que use sin vacilar mano dura frente a los terroristas. También creo que a raíz del sorpresivo ataque al norte de Israel por parte de Hezbolá, el Estado judío quiere aprovecha la oportunidad para quitarse de una vez por todas la amenaza de este grupo chiíta, pues es como una espada de Damocles que allá los israelíes no quieren volver a tener. Evidentemente esto recuerda el panorama de 1982: Hartos de los ataques de la OLP desde El Líbano los judíos decidieron invadir el país y hasta que no expulsaron a Arafat la tensión no se redujo y no abandonaron Beirut. Evidentemente también los bombardeos a poblados indefensos llenos de civiles como Qaná recuerdan a Sabra y Shátila…

Por esto se ha desatado una vorágine que no sabemos a donde va a parar. Sabiamente no se ha producido una agresión a Siria que el irresponsable gobierno de Irán espera como loco para poder meterse en ese conflicto, arrastrando tras de sí la intervención de los Estados Unidos en apoyo a Israel y el estallido de un grave conflicto que podría alcanzar proporciones catastróficamente mundiales.

La respuesta tan brutal de Israel solo hace convertirse en héroes y victimas a terroristas como los de Hezbolá quienes se llenan la boca diciendo que no quieren más muertes de inocentes en El Líbano pero diariamente lanzan decenas de cohetes y mísiles al norte de Israel que matan también a niños y mujeres judíos igual de inocentes. Esto lo deberían también tener presente los que levantan el dedo acusador contra Israel de buena a primeras.

Es natural que uno se solidarice con el más débil en un conflicto, así ocurrió cuando cinco grandes ejércitos árabes marchaban contra un naciente Estado de Israel en 1948, pero hay que tener cuidado con la solidaridad automática en estos tiempos globalizados, pues detrás del apoyo a El Líbano y Palestina hay mucho de anti-semitismo además de ignorancia. Yo, por ejemplo apoyo la independencia Palestina pero no voy a salir a gritar por eso “muerte a los judíos de mierda”.

Invito a que recordemos que los judíos son una minoría traumatizada por siglos de persecución y maltratos, y la experiencia del holocausto nazi les ha quedado grabada a tal punto que cuando son atacados en su Patria ven el inicio de una nueva persecución que no van a estar dispuestos a tolerar.

Asimismo Israel es una democracia parlamentaria pluralista exitosa mientras que los principales apoyos de Hezbolá son Siria, que tiene una dictadura unipartidista desde hace 40 años e Irán que es una teocracia con limitados elementos democráticos.

Acordémonos siempre también que Jesucristo, José, María y los Apóstoles TODOS ERAN JUDÍOS y ellos nos dieron la doctrina del amor al prójimo (sea propio o extraño) y no debemos caer simplistamente en la tentación de acusar a los judíos a priori o hacerle el juego a los que los odian gratuitamente.
Entender esto y tenerlo presente ayuda a tener una visión más centrada y equilibrada de lo que está pasando allá.
Solo nos queda pedir a Dios que Isaac e Ismael, hijos del mismo padre Abraham sepan y entiendan que han de vivir juntos por siempre y deben tratar de saber hacerlo en paz y armonía, y así se logren despejar los temores de una conflagración de mayor peligro para la región y para el mundo.
Daniel Terán-Solano, 5 de agosto de 2006

También deseo compartir una carta que por actual e pertinente, ayuda para tener una visión equilibrada de la crisis. Es la carta abierta del director de orquesta Daniel Barenboim judío-argentino que también posee ciudadanía palestina y es un incansable defensor de la paz, la convivencia y la unidad entre los pueblos árabes e israelí en la conflictiva tierra santa. Comienza así:


"Sólo tengo tres deseos para el próximo año. El primero de ellos es que el Gobierno israelí se dé cuenta de una vez por todas de que el conflicto en Oriente Próximo no puede ser resuelto por la vía militar. El segundo es para que Hamás tenga presente que sus intereses no se imponen con la violencia, y que Israel está aquí para quedarse. El tercero es para que el mundo reconozca que este conflicto no tiene parangón en la Historia. Es complejo y delicado; es un conflicto humano entre dos personas profundamente convencidas de su derecho a vivir en el mismo y minúsculo pedazo de tierra. Es por esto que ninguna diplomacia o acción militar puede resolver este conflicto.
"Los hechos de los días pasados me preocupan en exceso por muchos motivos humanos y políticos. Es evidente que Israel tiene el derecho a defenderse, que no puede y no debe tolerar los continuos ataques con misil en contra de sus ciudadanos, pero el incesante y brutal bombardeo del Ejército israelí en Gaza me ha despertado algunas interrogantes."

El resto del texto lo pueden encontrar en la página web del PAÍS de España:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Gaza/Ano/Nuevo/elpepuint/20081231elpepuint_5/Tes

Para Saber más:

Quién es Daniel Bareboim

http://es.wikipedia.org/wiki/Daniel_Barenboim
http://www.danielbarenboim.com/index.html (en inglés)

Sobre el conflicto actual en Gaza (análisis, informaciones, cronologías e imágenes)

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2009/gaza/
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/graficos/dic/s4/invasion_gaza.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/03/internacional/1231014514.html
http://www.elpais.com/todo-sobre/tema/Oriente/Proximo/183/
http://www.elpais.com/todo-sobre/pais/Israel/ISR/
http://www.elpais.com/fotogaleria/Combates/terrestres/Gaza/6095-1/elpgal/

El largo conflicto árabe-israelí:

http://www.elmundo.es/especiales/internacional/oriente_proximo/
http://www.elpais.com/graficos/internacional/Israel/Palestina/mapas/elpgraint/20031024elpepuint_1/Ges/
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2008/israel_60
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2007/guerra_seis_dias/
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2006/medio_oriente/
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/ventana_al_mundo_arabe/default.stm http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/ventana_a_israel/default.stm

jueves, 1 de enero de 2009

Cincuenta años de la Revolución Cubana


Hace 50 años triunfa la revolución cubana, conmemoración histórica que no dejará de levantar polémicas, tal como hace ya medio siglo levantaría polarización el papel del líder de la misma: Fidel Castro y el sistema político y socio-económico que se implantaría en la isla caribeña.

Es nuestra intención, ante este evento tan llamativo de la Historia contemporanea de América Latina y que de alguna u otra manera afectó o afecta nuestra realidad presente, contribuir con un pequeño y humilde análisis histórico que busque de la manera más desapasionada posible brindar aparte de nuestro punto de vista, orientaciones, expliaciones y si se quiere algunas luces que ayuden a comprender el desarollo, la significación del evento y su magnitud, la cual que sigue generando interés y pasiones entre los latinoamericanos, como una consecuencia vívida de este suceso.

Por ser año nuevo y por las obvias razones del asueto no me explayare ahora en análisis al respecto, simplemente me dedico a introducir a nuestros lectores en un buen "abreboca" dígital que por medio del prodigio de los vínculos de internet me sirvirá de introducción para mi análisis. Proximamente publicaré mis reflexiones, quizás mañana o en el transcurso de la semana.

Ahora bien, para no seguir y extenderme mucho en estas hora de celebración del año nuevo, les dejó simplemente estas direcciones web con excelentes análisis y resumenes sobre esta conmemoración cincuentenaria. Espero que les guste y sean de interés para todos Ustedes.

Gracias por leerme,


Dantesol


¡¡¡FELIZ AÑO!!!

QUE ESTE AÑO RECIÉN NACIDO SEA: (mucho, muchísmo) MEJOR DE COMO LO PINTAN, QUE SUPERE EN LO BUENO AL PASADO, Y NO ALCANCE (para nada) LOS NIVELES MALOS DE OTROS TANTOS AÑOS Y SOBRETODO: QUE LAS MUJERES Y HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD REALICEN Y CONSTRUYAN SUS MEJORES SUEÑOS, LOGRANDO ASÍ LA HUMANIDAD UNA BUENA VEZ, CONVERTIR A ESTE MUNDO DE EN EL MÁS MARAVILLOSO LUGAR PARA EXISTIR.


Que este año sea realmente HISTÓRICO para todos por lo bueno, lo bonito y lo grande que nos vaya a dejar.



¡Gracias por leerme!



Dantesol