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miércoles, 1 de febrero de 2017

Bicentenario de Ezequiel Zamora (1817-2017)




Se conmemoran los 200 años del nacimiento de Ezequiel Zamora, importante caudillo político y jefe militar del siglo XIX venezolano que se ha convertido en una figura polémica en la Venezuela del siglo XXI.

Logo del Gobierno de Venezuela sobre el bicentenario
de Ezequiel Zamora

Zamora es uno de los personajes históricos que más ha sido exaltado en la versión que intenta destacar el chavismo como la nueva "Historia oficial" de Venezuela, y tal cual como pasó con Simón Bolívar, Zamora pasó a convertirse en una figura estelar de la simbología política que usa este sector para justificar su proceder y accionar. Así pues el chavismo es una fuerza que se considera bolivariana y zamoreana (entre otras), causando entonces un notorio rechazo por parte de los sectores adversos al proyecto chavista, que terminan tomándole rabia a los citados personajes históricos, cayendo precisamente en el juego de la operación de manipulación histórica del chavismo, que pretende determina que ellos tienen "sus" propios personajes para hacer su panteón particular y convertirse en los "únicos y verdaderos" herederos de tales figuras. 



Pero esta operación del chavismo no es nueva, por el contrario corresponde a una vieja estrategia que tiene la izquierda radical venezolana, concretamente el sector comunista, que desde los años 40 y 50 del XX buscaron transformar a Ezequiel Zamora en una especie de precursor del socialismo agrario en Venezuela durante el siglo XIX, todo por emular la épica historia de la revolución mexicana, que contaba con héroes como Pancho Villa y Emiliano Zapata. Los comunistas venezolanos sorprendidos por el éxito mexicano en su reforma agraria, quisieron construir con la Historia venezolana una especie de epopeya similar y el personaje que más se acercaba a ese propósito era Zamora. Y el historiador encomendado para esa tarea por el Partido Comunista Venezolana, PCV, fue Federico Brito Figueroa, a la sazón militante del PCV.

En la campaña electoral de 1946
ya el Partido Comunista Venezolano, PCV
usaba la figura de Zamora

Fue él quien comenzó la distorsión más o menos intencional de convertir a Zamora en un líder revolucionario en clave marxista: o sea un promotor de la lucha de clases, que abolía la propiedad privada y especialmente constructor de una nueva sociedad igualitaria, cuando la documentación existente sobre el personaje no lo demuestra eso exactamente. Todas esas tesis las vertió en su obra titulada Tiempo de Ezquiel Zamora, el cual comenzó a trabajarlo desde los años 50 y tras 20 años de investigación salió a la luz 20 años después, publicado por la UCV.



Este texto se convertiría en una obra de culto para los marxistas radicales y dogmáticos venezolanos, pues en él se aceptaba acríticamente que Zamora era una especie de Pugachev venezolano, aquél cosaco que se rebeló contra el absolutismo feudal de Catalina II en 1773 y que luego de 1917, la historiografía soviética lo convirtió en un héroe, un mártir y un precursor del comunismo.

Y así, es natural que se encuentre que en la nota de la sexta edición de esta obra el autor haga este comentario bastante revelador de sus simpatías políticas y la influencia que tendría en determinados seguidores:

"(...) Este libre calumniado y blasfemado por la "pequeña canalla intelectual", constituyó una de las orientaciones espirituales de la rebelión militar y democrática del cuatro de febrero de 1992. Así lo proclamó muchas veces el comandante Hugo Chávez Frías, por radio y televisión, y lo confirmó recientemente en un ensayo publicado en el Suplemento Cultural de Últimas Noticias. Para quienes trabajamos intelectualmente con humildad y paciencia, pero con absoluta claridad de objetivos finales, esa es la crítica que tomamos en consideración, la que nos orienta y nutre espiritualmente para no desviarnos del camino trazado hace más de medio siglo. F.B.F. La Victoria, 12 de febrero de 1994." (Federico Brito Figueroa, "Nota a la sexta edición", en: Tiempo de Ezequiel Zamora, Caracas, Ediciones de la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela, 2006, página 8. Negritas nuestras)

Sin embargo, a pesar del tratamiento de la historiografía marxista y sus continuadores chavistas, tampoco es muy recomendable ni lo más correcto el convertir al personaje histórico en lo exactamente contrario de lo que plantean sus admiradores, pues en medio del calor del debate político en Venezuela, se ha producido una operación de descalificación de los personajes exaltados por el chavismo, por parte de sus opositores, al considerándolos automáticamente de "malos", precisamente por ser alabados por los contrarios en la pugna política. Así, el ex presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el diputado Herry Ramos Allup, del partido AD se expresó en terminos muy fuertes de Zamora por haber sido uno de los miembros "sagrados" del panteón histórico del chavismo. He aquí unas ya famosa declaraciones al respecto:



Olvida justamente el diputado Ramos Allup que también dentro de su partido, un ex-presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, en su primer gobierno (1974-1979) por la admiración manifiesta que tuvo hacia Zamora, creó en 1975 la Universidad Experimental de los Llanos Occidentales, "Ezequiel Zamora", la Unellez, y por si fuera poco patrocinó en 1976, la cuarta edición del libro de Brito Figueroa, a través de las Ediciones de la Presidencia de la República. Asimismo, Pérez en el ocaso de su vida, a través de una larga entrevista convertoda en memorias, expresó su opinión positiva de la revolución federal, donde Zamora fue un personaje central en sus inicios:

"La Guerra Federal, por ejemplo, fue una gran revolución social. Lamentablemente se frustró, pero tuvo su efecto decisivo y definitivo: consolidó el igualitarismo venezolano. La Revolución Federal acabó con las Leyes de Indias que todavía mantenían en manos de "mantuanos", o de descendientes españoles, privilegiados de castas. La Guerra Federal logró un país socialmente equilibrado que nos ha librado de otros males. El igualitarismo complementa y amplia el concepto de libertad." (Carlos Andres Pérez en: Ramón Hernández y Roberto Giusti, Carlos Andres Pérez: Memorias Proscritas, Caracas, Libros De El Nacional, 2006, página 35) 

¿Cómo se podría explicar entonces esta fascinación por parte de un político contemporáneo que luego fue declarado enemigo -y fue víctima- del chavismo desde 1992? La respuesta podría ser justamente porque él también fue influenciado por toda una historiografía que exalto al personaje al nivel de un gran prócer nacional. Y esta operación no comienza con los marxistas venezolanos, comienza justamente por los compañeros de lucha de Zamora, los liberales partidarios de la federación del siglo XIX, los cuales al ganar la guerra civil que lleva su nombre, elevaron el nombre de su líder al nivel de héroe épico.



Y es que en en fondo, eso es lo que desde nuestro punto de vista, puede explicar el "Fenómeno Zamora: es otro caso más del viejo refrán La Historia la escriben los vencedores, pues Zamora formó parte de los protagonistas de la agitada política venezolana de la primera mitad del siglo XIX venezolano desde la disolución de la Gran Colombia (1830) hasta la Guerra Federal (1858-1863), la cual sería las más grande guerra civil de nuestra Historia y en donde se enfrentaron los bandos políticos del conservadurismo y el liberalismo nacional. Dicha guerra terminó con la derrota definitiva y total del sector conservador y el encumbramiento de los liberales, que impondrían la federación como forma de Estado para Venezuela, lo que teóricamente se mantuvo así desde 1863 hasta la actualidad.



Pero no fue sólo en lo político y en lo jurídico donde la versión liberal se impondría, también en la intelectual, pues los historiadores liberales como Luis Level de Goda, Laureano Villanueva o Francisco González Guinán se encargaron de ir creando su versión de la Historia donde participaban sus antiguos correligionarios, convirtiendo evidentemente la Guerra Federal en una epopeya donde Zamora sería exaltado como un gran militar y líder popular, consolidándose esa imagen con el paso del tiempo y sobre las distintas generaciones, especialmente si se toma en cuenta la circunstancia de su propia muerte: su asesinato nunca aclarado en San Carlos, justo cuando la causa federal triunfaba, lo convertiría en un perfecto mártir para su bando.



Y su muerte, permitásenos la analogía, resultó ser políticamente el el siglo XIX como la del Che Guevara en el siglo XX: se convirtió en un símbolo para la causa de la revolución a la cual servían, perpetuándose su figura como un héroe trágico digno de admirar y seguir... y por el cual había que completar su obra. La revolución federal triunfó en 1863, impuso su visión del país, la Federación y Zamora fue elevado hasta los altares de la nueva religión cívica que crearía su revolución en los años de otro caudillo surgido de la Guerra Federal: Antonio Guzmán Blanco, que creó el Panteón Nacional en Venezuela para honrar a Bolívar y a los próceres de la Independencia... pero también los de la victoriosa revolución federal. Así Zamora se equiparó con el Libertador y los patriotas de 1810, subiendo al mismo al empíreo de la República.

Monumento a la Federación en el
 Panteón Nacional
La tumba de Zamora al pie derecho del
mismo monumento
Y como pasó con Bolívar, Zamora murió antes de que se consolidara el proyecto por el cual había luchado, quedando de alguna manera "limpio e impoluto" de todas las fallas y errores que se les pudiera atribuir a estos, por eso a él se le puede aplicar aquello de "Terminar la obra", "Consolidar el legado", "Volver al fundamento" y "Restaurar la esencia", consignas todas que generalmente se le atribuyen a héroes nacionales cuando las cosas por el cual lucharon salieron muy diferentes a lo que ellos aspiraban.



Así pues Zamora es exaltado como el líder popular y se le recuerda con su título como el "General del Pueblo Soberano" por tirios y troyanos, marxistas y no marxistas, chavistas y antichavistas...

Importante libro para entender
la Historia del siglo XIX venezolano


Pero como la Historia no es el terreno para las exaltaciones ni para las condenas, ni es precisamente el escenario para andar juzgando como un tribunal a las personas que son protagonistas de sus hechos, sino mas bien para comprender lo que hacen y sus razones. Así, uno de los mejores historiadores del siglo XX venezolano, Germán Carrera Damas, al analizar el tiempo y circunstancias donde vivió Zamora y otros protagonistas similares de su causa política, ejerciendo precisamente su labor de historiador, es decir de analizar e interpretar documentos, creo que aclara bastante bien quién fue Zamora y qué impacto realmente tuvo: fue un político que participó en una revolución armada y como tal no dejo una gran obra teórica sino pocas proclamas y muchas anécdotas que enaltecen su figura pero no dicen mucho más sobre su acción revolucionaria, más allá de los campos de batalla:

"Mucho se ha escrito sobre el programa de la Federación, y pareciera que ya todo ha sido dicho. No obstante, una aproximación directa a los textos aún reserva algunas sorpresas para quien se coloque ante ellos sin posición tomada. (...) se advierte dos corrientes principales de ese programa (...) Hay consenso en atribuirle al "programa de Zamora" un más alto contenido transformador y alcance revolucionario que al "programa de Falcón", tenido este último como mas moderado y aún conservador. Pero hagamos un somero examen de los textos:  El "programa de Zamora"aparece como una abigarrada mezcla de ideas conservadoras con supuestos "propósitos revolucionarios populares". Así vemos que la de Zamora fue una revolución que se inició invocando el perdón y el olvido de lo pasado, como lo proclamó el propio general en su alocución del 7 de marzo de 1859, apenas comenzada la lucha. (...) al mismo tiempo exaltaba el orden y el respeto a la propiedad en la orden general que había dado el 23 de febrero del mismo año (...) ¿Eran compatibles estos principios con los propósitos revolucionario radicales atribuidos a Ezequiel Zamora? (...) En cambio, al "programa de Falcón" se le considera menos revolucionario que el "programa de Zamora", e incluso se le identifica con la "no revolución", por decir lo menos. Pero ¿qué revelan los textos? Revelan en primer lugar la naturaleza del cambio sociopolítico solicitado y ésta es radical, en términos nada equívocos, según se lee en el Manifiesto dado por el General Juan Crisóstomo Falcón el 11 de julio de 1861 (...) Todo el edificio ideológico se asienta y conforma una teoría de la revolución, la cual se resume en atributos muy precisamente señalados en el manifiesto dado el 11 de julio de 1861. Estos atributos son: certidumbre de que que la revolución es, por definición, invencible porque es popular; es destructora del viejo orden y tiene como finalidad la construcción de una nueva sociedad". (Germán Carrera Damas, La Formulación Definitiva del Proyecto Nacional: 1870-1899, Caracas, Cuadernos Lagoven, Serie Cuatro Repúblicas, 1988, páginas 21-23 y 24)

Así pues, Zamora no era pues ni santo ni prócer, tampoco un demonio o un villano, sólo un político del siglo XIX que participó en una revolución armada, que siempre estuvo con la causa liberal e hizo todo cuando fue posible por ayudarla, aplicando lo que él entendió como aportes para su victoria, pero en el transcurso de la misma, su papel fue superado por hombres como Falcón, que tomando el liderazgo del movimiento, desplegaría la teoría de su revolución, llevando tras la victoria de la guerra, una importante transformación con el Decreto de Garantías de 1863 y la Constitución Federal de 1864, instrumentos jurídicos y políticos que hablan de la modernización en Venezuela. Así pues, la Historia nos sirve para ubicar en su justa dimensión a los personajes que de ella son protagonista, y Zamora que ha sido sobre dimensionado, merece ser re ubicado en su correcta extensión y magnitud, releer y estudiar su tiempo se hace justo y necesario.

¡¡¡Gracias por leerme!!!

Dantesol


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