¿Qué significa la UCV para la historia del país?
Muchas
cosas y muy importantes. La UCV es la institución más antigua de nuestro país,
después de la Iglesia católica, y ya eso le da una enorme importancia para
nuestra Historia. Fundada en 1721, es más antigua incluso que nuestra
República, que se proclamó independiente en 1811, o sea, 90 años después de
haber sido creada la Universidad de Caracas, la base de la actual UCV.
La
Universidad de Caracas fue la primera institución “pan-venezolana”, es decir la
primera institución que sirvió como base de unidad para lo que luego será
cultural, política y administrativamente Venezuela. En efecto, la existir una
universidad en la ciudad de Caracas, los futuros venezolanos de distintas partes
de estos territorios (de Valencia, Barcelona. Barinas o Maracaibo, por ejemplo)
no tendría que ir a las lejanas universidades de Bogotá o Santo Domingo para
titularse de bachilleres, licenciados, maestros o doctores. La tendencia
unificadora iniciada por la Universidad de Caracas, permitirá que a lo largo
del siglo XVIII se fortaleciera la conformación de una centralización que luego
le daría vida a instituciones que confirmaron la unidad territorial de la
nación venezolana: la Real Intendencia de Hacienda y Ejército en 1776; luego en
1777 se crea la Capitanía General de Venezuela; en 1786 la Real Audiencia de
Caracas; en 1793 el Real Consulado, y finalmente, en 1803 se establece el
arzobispado de Caracas como principal diócesis de la Iglesia católica en
Venezuela, y ése primer obispo sería nada más y nada menos que un ex rector de la Universidad de Caracas, Francisco Ibarra. Las bases territoriales, administrativas y jurídicas de lo que luego
sería nuestro país quedaron finalmente establecidas.
Luego,
iniciada el proceso por la independencia, es importante destacar que
de los de los 41 firmantes de nuestra acta de Independencia en 1811, 27 fueron
universitarios, y de estos 19 eran de la Universidad de Caracas. De la
misma universidad salieron estudiantes que como voluntarios pelearon en las Batallas
de Vigirima (1813) y La Victoria (1814) sacrificándose valientemente por la
causa de la libertad venezolana, razón por la cual, en recuerdo a ese esfuerzo
desde 1945 se conmemora “El día de la Juventud” el 12 de febrero, día de la
mencionada batalla en La Victoria.
Hombres
notables no sólo para Venezuela sino para Latinoamérica pasaron por las aulas
de la Universidad de Caracas: Don Andrés Bello que egresó de ella y el
precursor Francisco de Miranda que inició sus estudios allí. Ellos representan
junto con el Libertador Simón Bolívar a dos de los más grandes venezolanos
universales.
El
mismo Bolívar que no estudió en ella se propuso modernizarla en 1827 y a él se
debe el nombre de “Universidad Central de Venezuela” para la antigua Universidad
de Caracas. En tal sentido él declararía "Yo estoy dispuesto a emplear todo el
poder que me está confiado para hacer que este cuerpo (la Universidad Central
de Venezuela) ocupe un lugar distinguido entre las universidades del mundo
culto" Y cumplió su palabra.
La UCV también se
convirtió en núcleo de resistencia contra las tiranías, caudillismos y
dictaduras tanto del siglo XIX y XX, y jornadas como “La delpinada” contra
Guzmán Blanco, la “sacrada” contra Cipriano Casto, y el desafío de la
“Generación del 28” contra Juan Vicente Gómez, hablan de una larga historia de
lucha y resistencia contra las tiranías en nuestra Historia. Espíritu de lucha
que se mantuvo tanto contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 21 de
noviembre de 1957 (día que luego se convirtió en el del Estudiante
universitario) así como con los gobiernos democrático representativos entre
1958 y 1998.
Y más recientemente, del
movimiento estudiantil de la UCV salió en 2007 parte del espíritu de
resistencia ciudadana opositora que le propinó a Hugo Chávez su primera gran
derrota electoral, al hacer fracasar el proyecto de la Reforma
(in)constitucional.
Personajes ilustres de
nuestra Historia como José María Vargas, Luis Razetti, José Gregorio Hernández,
Andrés Eloy Blanco, Arturo Uslar Pietri, Jacinto Convit, o figuras populares
como Irene Sáez, entre otros, han salido de sus aulas. Y también varios
gobernantes de Venezuela: José María Vargas, Andrés Narvarte, Antonio Guzmán
Blanco, José Gil Fortoul, Germán Suárez Flamerich, Edgard Sanabria, Raúl Leoni,
Rafael Caldera, Jaime Lusinchi y Ramón J. Velásquez.
De igual manera es
importante destacar que la primera médico titulada en Venezuela (Lía Imber,
1936), la primera abogada (Luisa Amelia Pérez, 1942), la primera ingeniera
(Carmen Josefina Iturbe, 1944), la primera periodistas (María Teresa Castillo,
1949), la primera arquitecto (Alicia Álamo, 1951) egresaron todas de la UCV.
La Ciudad Universitaria,
construida entre 1944 y 1954 bajo la dirección del ilustre arquitecto Carlos
Raúl Villanueva constituyó una magnífica muestra de modernidad que ha sido
catalogada de “síntesis de las artes”, razón que permitió que en el año 2000
fuera declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
De la UCV también ha
salido un vasto aporte científico y cultural de gran importancia para el país
desde muchos de sus centros de investigaciones y de extensión, tales como: la
vacuna contra la lepra y la leishmaniasis; la tinta indeleble que se usó
durante muchísimas elecciones dentro y fuera en el país; la raza de ganado
Carora; la digitalización junto con la Academia de la Historia del Archivo de
El Libertador y Francisco de Miranda; las ediciones de la Biblioteca Central
que han publicado cientos de títulos de las más diversas áreas de conocimiento;
Y el Orfeón Universitario, (patrimonio artístico de la nación desde 1983)
destacan como algunos de los legados que han dejado y dejan huella en
Venezuela.
Todo eso nos habla de la
enorme importancia histórica que ha tenido la UCV para el país.
¿Reconoce la
sociedad el aporte que la UCV le ha dado a Venezuela?
En buena medida sí, pero debido
a la grave crisis en la que ha estado envuelta la sociedad venezolana producto
de la acción devastadora del régimen chavista, da la impresión que no se conoce
ni se reconocen los aportes de la UCV a nuestro país. Evidentemente cuando las
crisis hacen que las personas se concentren en su sobrevivencia, se distraen en
recordar cuestiones que también son importantes, por eso la lucha contra el
olvido y la desmemoria es algo constante y permanente, y aquí estamos para
evitar que el legado ucevista se desvanezca o se desdibuje de la memoria
histórica de los venezolanos.
Pero baste recordar que casi
250 mil profesionales de diversas áreas han egresado de nuestra Universidad, y
ellos han sido los abogados, médicos, ingenieros y educadores, que han
conducido la vida nacional en los últimos 85 años. Cada uno de esos egresados
tiene familia: padres, hijos, hermanos, sobrinos, primos, tíos o esposos que
conocen y dan cuenta del impacto que ha generado la UCV en la vida de todo
venezolano que entra a sus aulas y egresa de su mágica Aula Magna.
Muchos de los venezolanos
que hoy están en la diáspora alrededor del mundo, son ucevistas y ellos dan
testimonio de lo que le ha dado la UCV a Venezuela. Y cuando vemos la buena
fama y calidad que tienen nuestros profesionales en el mundo, sabemos que
nuestra tricentenaria universidad aportó y aporta muchísimo a nuestro país,
aunque pasemos ahora por uno de los peores momentos de nuestra Historia.
La excelencia profesional
tiene un sello histórico que viene de la UCV, eso sin menoscabar, disminuir o
negar la indiscutible calidad de otras grandes universidades venezolanas
(públicas y privadas) como la USB, la ULA o UCAB, que siempre acompañan a la
UCV en el ranking mundial de universidades como las principales y mejores de
nuestro país.
En estos 300 años, ¿cuáles han sido los momentos de mayor dificultad o peligro para la universidad?
Sin duda alguna fue bajo
el gomecismo, cuando la Universidad fue cerrada una década completa (entre 1912
y 1922), siendo el más extenso cierre de su Historia. Y también bajo el
chavismo, que, aunque no ha hecho una intervención armada clásica con militares
y tanquetas en el recinto universitario (como fue la de 1969) sí ha asfixiado a
la UCV, primero, quitándole recursos y dándole un presupuesto miserable, que le
ha hecho perder estudiantes y profesores, y segundo: al intervenirla
judicialmente con el TSJ ilegitimo, que le ha negado el derecho de renovar sus
autoridades en elecciones internas tal como estipula el artículo 109 de la
Constitución aún vigente.
Podríamos decir que, a lo
largo de su Historia la UCV ha pasado centenarios muy difíciles: en 1821 se sufrieron
los efectos de la guerra de independencia que ya llevaba más de 10 años en el
país y había cobrado la vida de numerosos universitarios, así como arruinado
todas las fuentes de ingresos que tenía la Universidad. En 1921 estaba cerrada
bajo la dictadura gomecista, que aprovechó los problemas internos que
atravesaba la Casa de estudios en 1912 para cerrarla hasta 1922. Y en este 2021
la encontramos intervenida de hecho por la dictadura chavista, tanto en lo
judicial como en lo presupuestaria, a lo que hay que agregar una nueva
disfrazada de “mejoramiento de la planta física” con “protectora” incluida.
¿La UCV de 2021 logrará sobrevivir como ha ocurrido
por 300 años?
Sí, sin duda. Como dijo
nuestro primer rector republicano, el Dr. José María Vargas: “El mundo es del
hombre justo, del hombre de bien, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre
la tierra y seguro sobre su conciencia”, por lo tanto, los ucevistas de bien
prevalecerán a toda la adversidad presente y podrán logran imponerse la
justicia sobre la barbarie roja que hoy parece triunfante. La Historia de
nuestra universidad es una larga historia de resistencia y sobrevivencia a la
adversidad creada por el poder, que siempre ha buscado controlarla y dominarla,
y aunque a veces parece que lo consigue, siempre salta un rebelde espíritu
ucevista a decirle al país “¡presente!”, y que, en medio del silencio, la
desolación y la sombra, los activos y egresados de la UCV siempre darán un paso
al frente para alzar su voz, brindar esperanza y elevar la luz.